Día 2: Pausa en la oscuridad

Clave: Juan 8:12

Vivimos rodeados de ruido constante. Noticias, mensajes, reuniones, notificaciones… nuestra mente parece no parar. A veces incluso sentimos que nos perdemos a nosotros mismos, que estamos corriendo sin rumbo. La claridad se vuelve un lujo que pocas veces nos damos.

Hoy quiero invitarte a algo sencillo: detenerte un momento para ordenar tus pensamientos. Escribir lo que llevas en la cabeza puede ayudarte. Haz una lista de todo lo que te preocupa o que sientes que necesitas resolver. No importa si es largo o pequeño, solo sácalo, extérnalo. Verlo por escrito te da perspectiva, porque cuando todo estádentro de tu cabeza, se siente más confuso y pesado.

Jesús se presenta como alguien que puede iluminar lo que no entendemos. No es un padrino mágico que llega a resolver nuestra vida como nosotros creemos que es mejor, ni promete que todo será fácil, pero nos ofrece una luz para ver claramente nuestro camino. Seguirlo no significa que no habráproblemas, sino que hay alguien dispuesto a acompañarte y a ayudarte a tomar decisiones con más claridad y calma.

Piensa en algo que hayas postergado porque te parece demasiado complicado o porque no sabes por dónde empezar. Jesús te invita a dar un paso, aunque sea pequeño, confiando en que no estás solo. La luz que ofrece no elimina la dificultad, pero síayuda a que no te sientas perdido en la oscuridad. Es como caminar con alguien que conoce el camino y te sostiene si te tropiezas.

Práctica:

Hoy elige un área de tu vida que te cause estrés o confusión. Da un paso concreto, por pequeño que sea, para avanzar: un mensaje, una llamada, organizar algo. Mientras lo haces, imagina que Jesús está contigo, guiando tu mirada, ayudándote a ver las cosas con más claridad. Observa cómo incluso un solo paso puede generar alivio y darte sensación de progreso.

También puedes repetir esto varias veces hoy: pequeños pasos acompañados de la conciencia de que no estás solo. A veces creemos que necesitamos grandes movimientos para que las cosas cambien, pero en realidad, la claridad viene paso a paso, un acto a la vez.

Reflexión final:

La claridad no aparece de golpe; se construye lentamente. Jesús nos ofrece esa luz que nos permite ver lo que necesitamos ver y avanzar sin sentirnos perdidos. Hoy puedes dar un paso, aunque sea pequeño, y notar cómo tu mente respira un poco mejor. Con Jesús, incluso en medio del ruido, es posible encontrar dirección, tranquilidad y confianza para seguir adelante.