Atesorando Sabiduría - La fortuna de escuchar a DiosMuestra

Verdad

En el capítulo 5 de Mateo, Jesús inicia el Sermón del Monte con las Bienaventuranzas, en la que Jesús enseña que la felicidad no se encuentra en las posesiones o el poder, sino en la humildad, la misericordia y la dependencia de Dios. Jesús llama a sus discípulos a ser sal y luz, agentes de preservación y esperanza en un mundo en oscuridad, reflejando su carácter a través de nuestras acciones.

Equipamiento

Jesús nos equipa para cultivar una integridad de corazón. Él va más allá de las acciones externas y nos confronta sobre nuestras motivaciones internas, como el orgullo y el egoísmo. Nos forma para ser personas cuya justicia supera la apariencia, amando incluso a quienes nos hacen daño y viviendo reconciliados. Ser sal y luz no es un mandato a hacer más, sino a ser más como Cristo desde adentro hacia afuera.

Al Corazón

Si mi vida fuera un libro abierto, ¿reflejaría el carácter humilde y misericordioso de las Bienaventuranzas?

¿Estoy dispuesto a buscar la justicia y amar a mis enemigos, aunque eso me cueste mi comodidad o mi orgullo?

Misión

Hoy, te invitamos a ser sal y luz en tu comunidad, para que otros puedan ver tus buenas obras y glorificar al Padre que está en los cielos. Hay muchas formas de honrar al Padre: visitar a los enfermos, apoyar a los necesitados, enseñar las verdades de la Palabra de Dios a los niños y acompañar en oración.