Atesorando Sabiduría - La fortuna de escuchar a DiosMuestra

Verdad

En este capítulo, Juan nos presenta el momento glorioso de la resurrección de Jesús. María Magdalena descubre la tumba vacía, y Pedro y Juan corren a comprobarlo. Luego, Jesús se aparece a María y a los discípulos que están reunidos (excepto a Tomás). Una semana después, se presenta a Tomás, quien realiza una de las confesiones de fe más grandes: "¡Señor mío, y Dios mío!". Juan nos dice que escribió estas señales con un propósito claro: "para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre".

Equipamiento

Este pasaje nos equipa para vivir en el poder y la realidad de la resurrección. Nos forma para entender que nuestra fe no se basa en un mito, sino en un evento histórico que lo cambió todo. Nos enseña que, aunque no hayamos visto físicamente a Jesús, somos "bienaventurados" porque hemos creído. La resurrección es el fundamento de nuestra fe y la fuente de nuestra vida eterna.

Al corazón

¿Mi vida cristiana refleja el poder de un Salvador resucitado, o vivo como si Jesús todavía estuviera en la tumba?

¿Hay alguna área de duda en mi corazón que necesito llevar a Jesús, pidiéndole que se revele a mí como lo hizo con Tomás?

Misión

Hoy, tu misión es contar a otros que ¡Cristo resucitó! La primera reacción de quienes vieron al Señor resucitado fue correr a compartir la noticia. Piensa en alguien que necesite la esperanza que solo el Cristo resucitado puede ofrecer. Ora por esa persona y busca la oportunidad para compartirle la buena noticia de que Jesús está vivo.