Dios y la Inteligencia Artificial.Muestra

Día 1 – ¿Qué es la IA? ¿Se puede utilizar para bien o para mal?

La tecnología, incluida la inteligencia artificial, no es inherentemente buena o mala —todo depende de cómo se utilice. Recordamos oportunamente las palabras del apóstol Pablo, que aplican a este y otros tantos temas, y que nos advierte: “Todo me es lícito, mas no todo conviene” (1 Corintios 10:23 TLA).

Para ponerlo en un orden de magnitud, tal como sucedió en la segunda fase de la revolución industrial, a fines del siglo XIX, y que fue un boom y cambio de paradigma en la forma de producir y trabajar a nivel global, estamos parados a las puertas de lo que ya es una nueva revolución: la era de la digitalización y automatización. De la mano de la IA todo tenderá a mayor productividad, mayor digitalización y mayor automatización de procesos y tareas.

Los expertos y eruditos en el tema aún no terminan de comprender o entender las implicancias sociales, culturales y laborales y éticas que esto tendrá en el mundo entero, pero ya vislumbramos a la velocidad vertiginosa que esto se desarrolla.

Videos Fake creados con IA de personas que nunca dijeron ni hicieron lo que se ve en el video, autos conduciendo solos, creación de contenido sin redactores ni publicistas y un sinfín de cosas más.

Los creyentes debemos entender que esto no puede ser detenido ni impedido. Avanzará a pasos agigantados y debemos comprenderlo y posicionarnos correctamente.

La IA puede servir para el bien, siendo bien utilizada: en el caso ministerial podría ser de ayuda paradifundir el evangelio, apoyar ministerios, facilitar trabajo y facilitar aprendizaje.

Pero también puede ser peligrosa si se la emplea mal: para manipular, mentir, aislar o reemplazar relaciones humanas esenciales.

Un caso reciente es profundamente inquietante. En abril de 2025, un adolescente de California se quitó la vida después de intensas interacciones de consejería con Chat GPT. Según la demanda de sus padres, la IA no lo redirigió hacia ayuda humana, sino que le brindó instrucciones detalladas y un acompañamiento emocional artificial que terminó reemplazando la cercanía que debía haber tenido la familia, los amigos, los profesionales de la salud y por qué no nosotros, las comunidades de fe locales.

Que esto nos recuerde que ninguna IA ni chatbot puede suplantar:

• el amor de Cristo, que trae vida abundante (Juan 10:10 RVR 1960),
• ni la presencia pastoral, ni el consuelo o consejería de mentores o líderes espirituales.
• la realidad del cuidado fraternal en una comunidad de fe local (compartir un almuerzo, un café, una charla, una palabra de aliento o un abrazo)

Por eso, debemos renovar nuestra mente (Romanos 12:2 RVR 1960), discerniendo qué usos de la tecnología glorifican a Dios y ayudan a otros en lugar de separarlos del amor humano y divino. La IA debe ser vista como una herramienta para ayudar en tareas, no un reemplazo ni de la mentoría, ni de la consejería, ni de la predicación.

Oración:
Señor, dame discernimiento para usar las nuevas tecnologías con sabiduría, sin depender de lo que no tiene espíritu ni puede dar vida. Que nunca sustituya tu sabiduría, tu amor, el cuidado de los pastores, ni la vida en comunidad. Ayúdame a usarla siempre para potenciar, bendecir y edificar. Amén.

Fuente: (El Dínamo | Noticias de Chile y el mundo,en.wikipedia.org).