Guardando La Boca, Guardando La VidaMuestra

El hablar lleno de gracia
“Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno” (Colosenses 4:6 RVR1960).
Hablar con gracia revela a Cristo en nosotros.
La meta no es solo evitar palabras dañinas, sino aprender a hablar con gracia, reflejando el carácter de Cristo. Pablo exhorta a que nuestras palabras estén “sazonadas con sal”: útiles, sabias, que preserven y edifiquen.
El creyente no calla por miedo, sino que habla con sabiduría y amor, guiado por el Espíritu. Efesios 4:29 (RVR1960) nos recuerda: Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación.
El hilo de la Escritura nos muestra que la boca guardada (cap. 1) y la lengua controlada (cap. 2) nos conducen a un hablar lleno de gracia (cap. 3). Esto es fruto de un corazón renovado en Cristo (Mateo 12:34).
Cuando nuestras palabras están en sintonía con el Evangelio, damos testimonio vivo de la esperanza que hay en nosotros (1 Pedro 3:15).
¿Reflejan mis palabras la gracia y la verdad de Cristo en mi trato diario con los demás?
Acerca de este Plan

La sabiduría de Dios nos enseña que nuestras palabras pueden protegernos o condenarnos. Proverbios 21:23 afirma que quien guarda su boca y su lengua preserva su vida de la angustia. Este devocional explora cómo controlar lo que decimos, reconocer el poder de la lengua y cultivar un hablar lleno de gracia. Así, aprendemos que la disciplina del habla refleja un corazón transformado por el Espíritu Santo.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: leadershiftglobal.com