Palabras Que Sanan O DestrozanMuestra

Una lengua guiada por el Espíritu

“Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal…” (Colosenses 4:6)

Una lengua rendida a Dios se convierte en instrumento de vida.

La conclusión del proverbio nos invita a elegir qué tipo de lengua tendremos: ¿espada que hiere o medicina que sana? La respuesta está en rendir nuestra boca al Señor.

Pablo enseña que nuestras palabras deben estar llenas de gracia, es decir, reflejar el carácter de Cristo. Efesios 4:29 nos recuerda: “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación”. Solo el Espíritu Santo puede domar nuestra lengua y transformarla en instrumento de bendición. Cuando Cristo gobierna nuestro corazón, nuestras palabras fluyen en verdad, mansedumbre y amor. Así, cada conversación se convierte en oportunidad de reflejar el evangelio. El hilo del proverbio se cumple: de espada destructiva a medicina sanadora, la lengua guiada por Dios trae vida.

¿Estás dispuesto a rendir tu lengua al Espíritu Santo para que tus palabras sean siempre instrumento de gracia y vida?