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El filo de las palabras imprudentes
“Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada…”. (Proverbios 12:18a)
Las palabras imprudentes hieren más que cualquier arma.
Salomón compara las palabras imprudentes con el filo de una espada. La imagen es clara: lo dicho sin sabiduría puede causar heridas profundas en el corazón de otros. Santiago 3:6 señala que la lengua es fuego que contamina todo el cuerpo, y Jesús advirtió que de toda palabra ociosa daremos cuenta (Mateo 12:36).
Muchas veces, en momentos de ira o descuido, pronunciamos frases que dejan cicatrices emocionales y espirituales difíciles de sanar. La imprudencia verbal no solo hiere relaciones humanas, sino que deshonra a Dios, porque con la misma lengua bendecimos y maldecimos (Santiago 3:9-10).
Reconocer el poder destructivo de la palabra es el primer paso para rendir nuestra lengua a Dios. Lo que decimos debe ser medido, porque una sola frase puede arruinar amistades, matrimonios e incluso comunidades enteras.
¿Hay palabras recientes que hayas pronunciado y que necesiten ser sanadas por medio del perdón y la reconciliación?
Acerca de este Plan
Proverbios 12:18 nos recuerda el poder de las palabras: unas hieren como espada, otras traen sanidad. Este devocional explora tres dimensiones: el peligro de las palabras imprudentes que hieren, la bendición de las palabras sabias que edifican, y el llamado a usar nuestra boca como instrumento de vida bajo la guía de Dios. La verdadera sabiduría se refleja en hablar con amor, verdad y gracia, siguiendo el ejemplo de Cristo.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: leadershiftglobal.com
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