Amigos Que PermanecenMuestra

Amar en todo tiempo

Uno de los tesoros más grandes que Dios nos entregó es la amistad, tener verdaderos amigos, y eso se demuestra a través de la lealtad. La lealtad es el compromiso en una relación, donde la confianza hace predecible la conducta y actitud en cualquier circunstancia.

En Proverbios 17:17, Dios nos dice que El verdadero amigo ama en todo tiempo. Pero, ¿qué significa amar en todo tiempo?

Hay quienes solo son «amigos» de las colinas: se acercan cuando todo va bien, cuando hay éxito, influencia, recursos o reconocimiento. Son los que aparecen en tiempos de abundancia, pero desaparecen cuando llega el valle.

También están los «amigos» de los valles: los que solo se sienten bien cuando el otro está caído, necesitado, en problemas o en crisis. Se sienten bien al dar consejo, consuelo o sostén, pero cuando la persona se levanta y prospera, ya no saben cómo relacionarse.

Pero la verdadera amistad es leal, es una amistad que está en todo tiempo: en la cima y en el valle, en la alegría y en el dolor, en el crecimiento y en la caída. Es la que no busca beneficio ni reconocimiento, sino que permanece firme por amor.

Daniel y sus amigos, Sadrac, Mesac y Abed-nego, son ejemplo de una amistad leal y verdadera. Ellos fueron llevados cautivos desde Jerusalén a Babilonia por ser de la clase noble de Judá, para servir al rey Nabucodonosor. Este grupo de muchachos se apoyaban mutuamente a crecer en su vida espiritual y servicio al Señor.

La verdadera amistad no se mide por conveniencia, sino por permanencia. Durante estos días estudiando sobre Daniel y sus amigos veremos que una relación leal nace del temor a Dios y se fortalece en medio de pruebas y victorias. Ser amigos que permanecen es reflejar el corazón de Cristo, quien nunca nos abandona.

Para reflexionar:

- ¿Soy un amigo que está en las buenas y en las malas? ¿Estoy demostrando el amor en todo tiempo o solo cuando me conviene?

- ¿Estoy construyendo amistades que me acerquen más a Dios?

Oración:

Señor, gracias por el regalo de la amistad y por enviar a tu Hijo para que podamos ser llamados tus amigos. Ayúdame a amar en todo tiempo y a ser un amigo leal que acerque a otros a Ti. Rodéame de amistades que fortalezcan mi fe. Amén.