Amar como Dios AmaMuestra

Preparamos el camino para la eternidad

El amor que practicamos en esta vida es más que una virtud: es una preparación para la eternidad.

La fe nos sostiene aquí en la tierra, la esperanza nos impulsa hacia adelante, pero el amor es lo que permanecerá por siempre en la presencia de Dios.

Cuando amamos como Dios ama, no solo estamos obedeciendo un mandamiento, sino que estamos participando ya de la realidad eterna que viviremos con Él. El amor nos da seguridad y confianza para el día en que nos presentemos ante Su trono, porque refleja que hemos sido transformados por Su gracia.

El amor eterno de Dios nos invita a vivir con propósito en el presente, entendiendo que cada acto de compasión, cada palabra de aliento y cada perdón concedido son semillas de eternidad sembradas en esta tierra. Y aunque este mundo pasará, el amor nunca dejará de ser.

Conclusión del plan:
Amar como Dios ama es esencial porque refleja Su carácter, cumple Sus mandamientos, transforma nuestras relaciones y glorifica Su nombre. Este amor no solo nos acerca más a Dios, sino que también nos permite ser instrumentos de Su gracia y misericordia en el mundo.

Al amar como Él ama, demostramos que somos verdaderos discípulos de Jesús y experimentamos la plenitud de Su presencia en nuestras vidas.