La Carrera De La Fe: 4 Etapas Para La MetaMuestra

LA DETERMINACIÓN – no mires atrás, continúa
Filipenses 3:13-14 (NVI)
No es que ya lo haya conseguido todo o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí. Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús.

En una misma analogía, Pablo nos habla sobre su aspiración a la meta, que en el contexto original hacía referencia a la resurrección. Con humildad y entereza, Pablo reconoce su imperfección como hombre, pero también denota su determinación para seguir avanzando. En las carreras olímpicas, los griegos corrían en línea recta de ida y vuelta, lo que les permitía mantener su mirada en la meta. Por tanto, mirar atrás no era opción; eso implicaría distracción y pérdida de tiempo.

En la expresión: “olvidado lo que queda atrás”, Pablo nos recuerda lo importante que es soltar lo que éramos para abrazar lo que somos y correr hacia lo que seremos. En esta metáfora, el premio es la revelación plena de Cristo en la resurrección. La meta apunta hacia adelante, hacia el futuro, pero exige que soltemos el pasado para avanzar con ligereza en el presente. ¿Con qué peso estás cargando?

Hoy, probablemente estás corriendo la carrera de la fe con mucho de tu pasado. ¿Será que es eso lo que te está impidiendo avanzar? ¿Tu pasado genera vergüenza, culpa, falta de perdón, ira, decepción o tristeza en tu presente? Probablemente has avanzado, pero siempre deteniéndote para voltear a ver tu pasado. Y no lo malentiendas, tu pasado puede comunicar hoy el poder de Dios, cómo Él te rescató. Pero vivir encadenado a tu pasado te impedirá fijar tus ojos en la meta, que es Cristo, y avanzar hacia lo que Él tiene para ti. No se trata de avanzar porque “somos perfectos”, sino porque, aún en nuestras imperfecciones, podemos ver el poder de Dios obrar. Muchas veces, el pasado —tus errores o incluso tus logros— puede frenar tu avance. Esta etapa nos anima a soltar lo que pesa y a mantener nuestra mirada en lo que Dios tiene por delante. En la carrera de la fe, el enfoque es vital.

Aplicación
Anota qué cargas te están haciendo voltear, entrégalas a Jesús y corre con firmeza hacia Él. Repite esta breve oración: “Señor, hoy reconozco que he estado viviendo encadenado a mi pasado, esto ha generado –menciona lo que ha generado en ti– y no quiero seguir viviendo así. Hoy te entrego mis cargas, el pecado que me asedia, y corro con seguridad hacia ti. Trae paz a mi corazón y ayúdame a continuar. Amén”.