Para Esto NacíMuestra

DÍA 1 – LA CAUSA MÁS GRANDE DE TODAS

Mark Twain dijo: “Los dos días más importantes en tu vida son el día en que naces y el día en que descubres por qué".

Todos hemos vivido ese momento incómodo de llegar a un lugar de la casa o la oficina y preguntarnos: “¿A qué venía?” ¡Es frustrante! Pero mucho más trágico es vivir toda una vida así: sin saber por qué existimos. Hay quienes piensan que su vida no tiene mayor propósito que trabajar, pagar cuentas, sobrevivir y, si hay suerte, disfrutar de algunos momentos felices. Pero la Biblia nos enseña algo mucho más profundo: nacimos con un propósito eterno.

Jesús mismo lo dejó claro cuando enfrentaba su crucifixión. Pilato le preguntó si era rey, y Jesús respondió: Yo para esto nací y para esto vine al mundo (Juan 18:37). ¡Qué poderoso! Jesús tenía absoluta certeza de su causa, y esa convicción lo sostuvo hasta la cruz. Él sabía para qué había nacido, y en esa seguridad entregó su vida.

Esa misma declaración nos alcanza a ti y a mí. Tú también naciste para una causa: la causa del Evangelio de Jesucristo. No importa tu ocupación, nivel social o país: tu vida tiene un propósito eterno. Vivir por la causa de Cristo significa reconocer que todo lo que haces puede glorificar a Dios: desde tu trabajo, tus estudios, tu familia y hasta tus decisiones diarias.

Hoy el mundo ofrece miles de 'causas' buenas en pro de la sociedad, programas de beneficio social, colectas a favor de una zona vulnerable... todas valiosas. Pero ninguna trasciende como la causa de Cristo, porque se trata de salvación eterna.

Pregúntate hoy: ¿Estoy viviendo por mi comodidad, por una causa pasajera o por la causa eterna del Reino de Dios?