Logo de YouVersion
Ícono Búsqueda

La Fe No Se Vive a SolasMuestra

La Fe No Se Vive a Solas

DÍA 2 DE 3

Día 2 – Amar en medio de las diferencias

Seguir a Jesús en comunidad significa que tarde o temprano enfrentaremos diferencias con alguien más. Es fácil caminar con quienes piensan como nosotros y se parecen a nosotros, pero el discipulado verdadero se pone a prueba cuando debemos amar, perdonar y servir a quienes no comparten nuestras opiniones, estilos o personalidades. La comunidad cristiana no se construye en la uniformidad, sino en la capacidad de permanecer unidos en medio de la diversidad.

La iglesia primitiva enfrentó esta realidad desde el inicio. En Hechos 6:1–4 vemos un conflicto entre los creyentes de origen hebreo y los de origen griego, porque algunos se sentían desatendidos en la distribución diaria de alimentos. La solución no fue dividirse, sino escoger líderes llenos del Espíritu y de sabiduría para que sirvieran a toda la comunidad. Este ejemplo nos recuerda que la unidad no es ausencia de conflicto, sino la decisión de enfrentar las diferencias con amor y buscar el bien común. La clave estuvo en reconocer la necesidad, escuchar a ambas partes y levantar servidores que reflejaran el corazón de Jesús.

Pablo también enseña en Romanos 15:5–7 NVI: “Que el Dios que infunde aliento y perseverancia les conceda vivir juntos en armonía, conforme al ejemplo de Cristo Jesús, para que con un solo corazón y una sola voz glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Por tanto, acéptense mutuamente, así como Cristo los aceptó a ustedes para gloria de Dios". Aceptarnos mutuamente no significa estar de acuerdo en todo, sino reconocer que Cristo nos unió y que su gracia es más grande que nuestras diferencias. Este tipo de aceptación nos recuerda que la iglesia no es un club de afinidades, sino un cuerpo donde cada miembro es valioso y necesario.

Jesús mismo eligió a doce discípulos con trasfondos tan distintos que, humanamente, era imposible que funcionaran como grupo. Sin embargo, al final de su ministerio pudo orar al Padre diciendo: “Para que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado” (Juan 17:21 NVI). La unidad de la iglesia no es un lujo; es un testimonio poderoso al mundo. Nuestra capacidad de permanecer juntos, a pesar de las diferencias, muestra al mundo que el evangelio tiene un poder real y transformador.

El amor en medio de las diferencias también se expresa en la paciencia. Efesios 4:2–3 NVI nos anima: “Siempre humildes y amables, pacientes, tolerantes unos con otros en amor. Esfuércense por mantener la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz". La unidad requiere esfuerzo, sacrificio y humildad, pero es posible porque el Espíritu Santo habita en nosotros. La paciencia con los demás refleja la paciencia que Dios ha tenido con nosotros.

El discipulado en comunidad nos moldea. Las diferencias nos obligan a crecer en paciencia, en empatía y en dependencia de Dios. No son un obstáculo para la vida cristiana, sino el escenario donde aprendemos a parecernos más a Cristo.

Para reflexionar hoy:

  • ¿Cómo reacciono cuando alguien en mi comunidad de fe piensa distinto a mí?
  • ¿Estoy dispuesto a esforzarme por la unidad, aunque implique sacrificio personal?
  • ¿Qué paso práctico puedo dar hoy para aceptar y amar a alguien con quien tengo diferencias?

Acerca de este Plan

La Fe No Se Vive a Solas

Seguir a Jesús nunca fue diseñado como un viaje en solitario. Desde el inicio, Él nos invitó a caminar juntos, incluso con personas que quizá no hubiéramos elegido. La comunidad de fe es el lugar donde aprendemos a amar de verdad, a perdonar, a compartir la vida y a parecernos más a Cristo. Este plan te ayudará a redescubrir la belleza de seguir a Jesús en comunidad.

More

Nos gustaría agradecer a Felipe Echeverri por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.martepodcast.com