Adviento "Las Profecías: Un Mesías Ha De Venir" (1)Muestra

El linaje del Rey prometido

Las profecías sobre el Mesías no solo anunciaban su llegada, sino también su linaje y su misión. Dios prometió a David que uno de sus descendientes reinaría para siempre, y a través de los profetas reafirmó que este Rey sería justo, sabio y traería paz verdadera. Jeremías 23:5 habla de un renuevo justo que gobernará con rectitud; Isaías 9:6–7 describe su carácter y títulos divinos: Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
Miqueas 5:2 añade un detalle sorprendente: el lugar exacto de su nacimiento, Belén, un pueblo pequeño y sin relevancia política, pero con un papel central en el plan de Dios. El Salmo 89:3–4 recuerda la promesa eterna hecha a David, asegurando que su descendencia permanecerá para siempre.
Estas profecías muestran que el Mesías no sería un líder improvisado, sino el cumplimiento de un plan real y eterno, con raíces profundas en la historia de Israel.

El linaje de Jesús nos recuerda que Dios es fiel a sus promesas, incluso cuando parecen imposibles. Pasaron siglos desde que se habló de un Rey eterno en la casa de David hasta que nació Jesús, pero cada palabra se cumplió. Esto nos enseña que la aparente demora de Dios no es olvido, sino preparación.
El hecho de que el Mesías naciera en Belén, un lugar pequeño y humilde, nos habla de la manera en que Dios obra: no busca lo impresionante a los ojos humanos, sino lo dispuesto a cumplir su propósito. Esto nos desafía a no subestimar los comienzos pequeños ni las personas que el mundo considera insignificantes.
Además, el carácter del Rey prometido —justo, pacificador, eterno— contrasta con los líderes humanos, que son temporales y limitados. Jesús no solo gobierna desde un trono celestial, sino que quiere reinar en el corazón de cada creyente, trayendo paz en medio del caos y justicia en medio de la injusticia.
Vivir bajo su gobierno significa rendir nuestras decisiones, prioridades y actitudes a su autoridad. Significa confiar en que su justicia es perfecta y su paz es real, incluso cuando el mundo ofrece lo contrario. Así como Israel esperaba al Rey prometido, nosotros esperamos su regreso, seguros de que cumplirá todo lo que ha dicho.

Preguntas para reflexionar

1. ¿Qué te enseña el cumplimiento de estas profecías sobre la fidelidad de Dios?
2. ¿Cómo puedes permitir que Jesús gobierne en las áreas más prácticas de tu vida?
3. ¿Qué lecciones deja el hecho de que el Mesías naciera en un lugar humilde como Belén?