Ponle Nombre A Tu PecadoMuestra

HUMILDAD

David obtuvo la calificación que todos querríamos tener, 5 estrellas, logró todo en cuanto a su relación con Dios al ser llamado: un hombre conforme al corazón de Dios.

¿Era acaso David un ser divino que no pecaba?

No, David era de carne y hueso, pecador por naturaleza al igual que tu y yo. Pero tenía una característica que conquistó el corazón de Dios: humildad. Y Dios da: gracia a los humildes.

A la humildad le sigue la honra.

Cuando dejas de excusarte, de buscar a quién culpar en tu vida y te humillas ante Dios estarás listo para ponerle nombre a tu pecado, y a renunciar a una vida espiritual tibia.

Dios te ha llamado a ser valiente, tendrás que enfrentar el campo de batalla del pecado, poniéndolo el nombre que corresponde a tu pecado, y confesarlo a Dios para recibir su perdón.

MEDITA

Permitiré que Dios trabaje en mí quitando de mi vida todo lo que me mantiene atado al orgullo de no reconocer ni confesar mi pecado. A la humildad le sigue la honra, y yo quiero honrar a Dios; anhelo ser conforme a su corazón.