Un Corazón Que EscuchaMuestra

La gracia de la corrección
“El hombre que reprendido endurece la cerviz, de repente será quebrantado, y no habrá para él medicina” (Proverbios 29:1 RVR1960).
La corrección de Dios es gracia, no condena.
La corrección es una expresión del amor de Dios, no de su rechazo (Hebreos 12:6). Resistirla nos priva de su guía y nos encamina hacia el dolor. La reprensión, aunque incómoda, abre puertas a la transformación y a la vida plena en Cristo (Salmo 141:5).
El problema no está en la reprensión, sino en la dureza de corazón. Cuando endurecemos la cerviz, nos volvemos como barro que se seca antes de ser moldeado. La exhortación divina nos llama a la humildad: reconocer que necesitamos dirección. El sabio escucha y aprende, el necio se resiste y perece (Proverbios 9:8-9).
¿Veo la corrección de Dios como castigo o como una oportunidad de crecer?
Acerca de este Plan

Proverbios 29:1 nos advierte sobre la necedad de endurecer el corazón frente a la corrección divina. Este devocional nos guía desde la necesidad de reconocer la corrección de Dios, pasando por los peligros de la obstinación, hasta la esperanza de cultivar un corazón sensible y obediente. Cada reflexión une la anterior, mostrando un camino de restauración y vida abundante en Cristo.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: leadershiftglobal.com
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