El Poder De ConfesarMuestra

La libertad de confesar

“(…) más el que los confiesa…” (Proverbios 28:13b RVR1960).

Confesar es abrir la puerta a la gracia de Dios.

Confesar significa decir lo mismo que Dios dice acerca del pecado: reconocerlo sin excusas ni máscaras. “La confesión es tomar el lado de Dios contra el pecado. Es el levantamiento de una cosa tras otra del corazón y la vida, y retenerlos por un momento ante Dios, con el reconocimiento de que es nuestra culpa, nuestra grave culpa”. (Meyer)

No es solo admitir errores, sino arrepentirse de corazón (1 Juan 1:9). La confesión rompe las cadenas de la culpa y restaura la comunión perdida. David lo experimentó: Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad (Salmo 32:5).

La confesión no nos humilla, sino que nos eleva, porque nos reconcilia con el Padre. La libertad que sigue es fruto de un corazón honesto, dispuesto a ser transformado. Aquí comienza la verdadera prosperidad espiritual: cuando ya no cargamos solos, sino que llevamos nuestras faltas a la cruz de Cristo (Colosenses 2:14).

Algunos principios que pueden ayudar a hacer la confesión efectiva (adaptado Enduring Word):

• Debe hacerse a aquel contra quien se pecó (a quien se ofendió o faltó) y, principalmente, a Dios.
• Debe ser apropiadamente específica.
• Debe ser exhaustiva.
• Debe tener honestidad e integridad.

¿Creo que confesar abre la puerta a la misericordia, o todavía temo ser expuesto?