Amiga Biblia - Comentario Devocional – I PedroMuestra

TEXTO BÍBLICO

Alabanza a Dios por una esperanza viva

1 Pedro 1:3-12

“¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, para que tengamos una esperanza viva 4 y recibamos una herencia que no se puede destruir, contaminar o marchitar. Tal herencia está reservada en el cielo para ustedes, 5 a quienes el poder de Dios protege mediante la fe hasta que llegue la salvación que se ha de revelar en los últimos tiempos. 6 Esto es para ustedes motivo de gran alegría, a pesar de que hasta ahora han tenido que sufrir diversas pruebas por un tiempo. 7 El oro, aunque perecedero, se acrisola al fuego. Así también la fe de ustedes, que vale mucho más que el oro, al ser acrisolada por las pruebas demostrará que es digna de aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo se revele. 8 Ustedes lo aman a pesar de no haberlo visto; y aunque no lo ven ahora, creen en él y se alegran con un gozo indescriptible y glorioso, 9 pues están obteniendo la meta de su fe, que es su salvación. 10 Los profetas, que anunciaron la gracia reservada para ustedes, investigaron cuidadosamente acerca de esta salvación. 11 Querían descubrir a qué tiempo y a cuáles circunstancias se refería el Espíritu de Cristo, que estaba en ellos, cuando testificó de antemano acerca de los sufrimientos de Cristo y de las glorias que vendrían después de estos. 12 A ellos se les reveló que no se estaban sirviendo a sí mismos, sino que les servían a ustedes. Hablaban de las cosas que ahora les han anunciado los que les predicaron acerca de las buenas noticias por medio del Espíritu Santo enviado del cielo. Aun los mismos ángeles anhelan contemplar esas cosas” (NVI).

ENTENDIENDO EL TEXTO

V.3 Por la misericordia de Dios, Él nos hizo nacer de nuevo. En el Evangelio de Juan, en el capítulo 3, Nicodemo le pregunta a Jesús: “¿Qué debo hacer para ser salvo?” Jesús le dice que es necesario “nacer de nuevo”, es decir, tener una nueva vida, una vida transformada por Él.

La esperanza viva que tenemos es que la muerte no es el fin. Podemos resucitar después de la muerte para vivir con Dios, así como Jesús resucitó.

V.4 Después de la resurrección, recibiremos una herencia pura y perfecta, algo que ni siquiera podemos imaginar, pero que está guardada en el cielo para nosotros.

En 1 Corintios 2:9 está escrito:

“Sin embargo, como está escrito: «Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ningún corazón ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman»" (NVI).

V.5 Mediante la fe en Jesús como nuestro Salvador, creemos que seremos salvos, y todo será revelado y aclarado en el último día.

¡Esto es interesante! Siempre he tenido tanta certeza de que existe la vida eterna que nunca había pensado que, en realidad, esta certeza es fe, porque aunque no veo, creo.

Esto explica lo que es la fe.

En Hebreos 11:1 está escrito:

“Ahora bien, la fe es tener confianza en lo que esperamos, es tener certeza de lo que no vemos” (NVI).

V.6 Aunque pasemos por pruebas, debemos recordar que los destinatarios de la carta estaban sufriendo mucho, huyendo, pero aún así estaban felices.

Nosotros también, a pesar de las dificultades, debemos tener gozo en Cristo, porque Él mismo nos prometió en Juan 17:13:

“»Ahora vuelvo a ti, pero digo estas cosas mientras todavía estoy en el mundo, para que tengan mi alegría en plenitud" (NVI).

V.7 Nuestra fe debe valer más que el oro, y no cualquier oro, sino el oro más puro, refinado por fuego, el cual tiene gran valor para nosotros hoy. La fe vale más que cualquier cosa. Pues veremos el resultado de nuestra fe cuando Cristo regrese.

V.8 Me gusta este texto: "Ustedes lo aman a pesar de no haberlo visto" (NVI).

Pedro destaca que muchos discípulos eran como nosotros. Nunca vimos a Jesús en persona, pero creemos en Él a través de lo que nos contaron los discípulos, lo que está escrito en la Biblia. Aunque nunca hayamos visto a Jesús, creemos en Él y nos alegramos en Él.

Jesús dijo en Juan 20:29:

"—Porque me has visto, has creído —le dijo Jesús—; dichosos los que no han visto y sin embargo creen" (NVI).

V.9 Al creer verdaderamente en Jesús, obtenemos lo mejor: la salvación.

El propósito de nuestra fe en Cristo es ser salvos por Él.

V.10-12 Los profetas fueron hombres de Dios que escribieron en el Antiguo Testamento. Allí hablaron de muchas cosas que iban a suceder, por ejemplo:

Que nacería un bebé de una virgen, que sufriría y moriría, que Jesús nacería en Belén, que iría a Galilea. Y, lo más importante, que moriría para salvarnos.

Los profetas intentaban entender cuándo es que vendría el Salvador, pero comprendieron que no estaban hablando de algo que sucedería en su tiempo, sino en un tiempo futuro que Dios ya había preparado. Pedro también dice que los ángeles quisieran haber anunciado este mensaje, pero Dios dio ese privilegio a los hombres.

¡Y qué privilegio tenemos de poder anunciar el Evangelio de la salvación!

Es un gran privilegio, pero también una enorme responsabilidad. Dios nos llama a hacer esto y nos ayuda a proclamar a otros sobre la salvación a través de Jesús.

PAUSA PARA MEDITAR

Y tú, ¿aunque no lo veas, realmente crees que Jesús murió y resucitó para salvarte?

¿Es Él tu Salvador y Señor? Si crees, también puedes llevar el mensaje de salvación a más personas. ¡Qué gran privilegio tenemos! Para mí, esto es una gran alegría.

Y tú, ¿alguna vez has sentido esa alegría de compartir lo que has aprendido sobre Dios con otras personas?