Reimaginar La Aceptación a Través De La Vida De FelipeMuestra

El Corazón del Llamado de Dios
¿Qué harías si Dios te pidiera que dejaras tu mejor momento para dedicarte a algo sin sentido? La mayoría probablemente negociaríamos, pediríamos aclaraciones, o al menos, solicitaríamos un plan de negocios detallado. Pero a veces, las invitaciones de Dios se disfrazan de interrupciones que parecen distraernos del trabajo "importante".
Imagínate esto: Felipe está en medio de un avivamiento en toda la ciudad. Multitudes se congregan, milagros ocurren, vidas se transforman. Es el sueño de todo evangelista. Entonces aparece un ángel con una extraña instrucción: "Ve hacia el sur, al camino del desierto que baja de Jerusalén a Gaza. (Hechos 8:26, NIV) Sin explicación. Sin un resultado claro. Solo una orden para que abandone la acción y se dirija a un desierto. La mayoría responderíamos con preguntas: "Dios, ¿no ves lo que está sucediendo aquí? ¿No debería quedarme donde claramente estás obrando?».
Pero la respuesta de Felipe revela algo profundo en su corazón. El versículo 27 simplemente dice: "Y partió" (Hechos 8:27, NIV). Sin discusión. Sin vacilación. Sin negociar. Confiaba en que los caminos de Dios eran mejores, incluso cuando no tenían sentido.
Una vez que Felipe llega a ese camino del desierto, se encuentra con un eunuco etíope, un funcionario de alto rango que regresaba de su culto en Jerusalén. Entonces el Espíritu le susurra otra instrucción: "Ve a ese carro y quédate cerca de él." (Hechos 8:29, NIV) Una vez más, Felipe obedece sin demora.
Este pasaje revela algo hermoso acerca del corazón de Dios: Él ve al uno. Aunque a menudo celebramos grandes multitudes y movimientos públicos, el número favorito de Dios es el uno. Se siente atraído por las personas, especialmente por quienes lo buscan. El etíope no era solo un rostro entre la multitud; era un hijo amado de Dios en un camino hacia la verdad. Dios interrumpió un avivamiento para concertar una conversación individual. Esa es la clase de matemáticas que Dios hace. En su economía, una persona vale un desvío. Una vida vale un cambio de planes. Un alma vale...todo.
El mismo Dios que vio al etíope ve a la gente de tu mundo. Ve a tu compañero de trabajo que parece estar bien, pero lidia con el vacío. A tu vecino que sonríe por fuera, pero se siente solo. A tu familiar que parece exitoso, pero busca algo más.
A veces, Dios nos llama a alejarnos de las oportunidades obvias para acercarnos a sus designios divinos. ¿Estás atento a su susurro? ¿Estás listo para seguirlo, incluso cuando el camino parece incierto? La misma interrupción que te frustra hoy podría ser la invitación de Dios a algo eternamente significativo.
Preguntas de Reflexión:
- ¿Quién es “esa persona” en tu vida a quien Dios podría estar llamándote a alcanzar?
- La obediencia de Felipe le costó: seguridad, el aplauso de la multitud, la adrenalina del éxito. A veces, el llamado de Dios nos exige dejar no solo lo malo, sino también lo bueno que ha sustituido a su mejor versión. ¿Qué cosas "exitosas" podría estar pidiéndote Dios que dejes?
Oración:
Dios, dame oídos para escuchar tu voz y un corazón que obedezca de inmediato. Ayúdame a ver a la persona a quien quieres alcanzar. Hazme sensible a tus designios divinos hoy. En el nombre de Jesús. Amén.
Escrituras
Acerca de este Plan

Reimagina es una serie devocional semanal de 6 partes que te invita a ver cómo Dios sigue usando a personas comunes para lograr un impacto extraordinario. En la primera parte, Reimaginando la aceptación, exploramos la poderosa historia de Felipe, un hombre común cuya obediencia incondicional lo llevó a un avivamiento, citas divinas y encuentros transformadores. Su historia nos recuerda que Dios obra a través de quienes están dispuestos a decir "sí", incluso cuando el camino no tiene sentido.
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Nos gustaría agradecer a The Crossing Church por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: thecrossinglv.com









