Reimaginar La Aceptación a Través De La Vida De FelipeMuestra

Dispersos para Brillar

¿Alguna vez la vida ha arruinado tus planes? La pérdida del trabajo, una crisis de salud o un cambio inesperado pueden dejarte desorientado, como si todo lo familiar se hubiera dispersado. Si es así, estás en buena compañía. Y estás a punto de ver cómo Dios puede convertir nuestras mayores dificultades en sus designios divinos.

En Hechos 8, la iglesia primitiva enfrenta una severa persecución. Esteban fue asesinado y los creyentes se vieron obligados a huir, esparcidos por Judea y Samaria como semillas en el viento. Pero lo que parecía el fin del movimiento se convirtió en su explosión.

Felipe, uno de los siete elegidos para servir mesas en Hechos 6, termina en Samaria, una región que la mayoría de los judíos evitaban. Pero en lugar de retirarse, se acerca. Proclama a Jesús con valentía, y el resultado es asombroso. Se producen milagros. Los espíritus malignos huyen. Los paralizados caminan. La ciudad estalla de alegría.

Este no era el sueño de Felipe. No planeaba ser misionero en territorio enemigo. Pero cuando la vida lo cambió, no abandonó su llamado. Se mantuvo fiel, y Dios lo usó para impulsar un avivamiento.

Lo mismo ocurre con nosotros. Cuando la vida desbarata nuestros planes, tenemos una opción: verlo como un revés o como una trampa. Podemos resignarnos a lo perdido o preguntarle a Dios cómo quiere usarnos justo donde estamos. Para Felipe, desbaratar no era posponer, sino posicionarse estratégicamente.

El avivamiento no requiere condiciones perfectas. Comienza con personas fieles que brillan donde están. Felipe no necesitaba circunstancias ideales para impactar; solo la valentía de proclamar a Cristo en su entorno. Aquí tienes un reto práctico: Esta semana, en lugar de preguntarte: "¿Por qué me pasa esto?", intenta preguntarte: "¿Cómo puedo servir a Dios aquí?". Es una simple reformulación que transforma a las víctimas en misioneros y a los obstáculos en oportunidades.

Quizás Dios te esté moviendo ahora mismo: a un nuevo trabajo, a un barrio diferente, a una época desconocida. No lamentes tanto lo que queda atrás que extrañes lo que tienes por delante. Pregúntale a Dios cómo quiere obrar a través de ti, aquí y ahora. Puede que estés justo donde Él necesita que estés. Cuando le ofrecemos nuestros planes, Él los integra en sus propósitos perfectos. Y podemos presenciar su poder en lugares inesperados.

Preguntas de Reflexión:

1. ¿Cuándo has visto que un aparente revés se convierte en una oportunidad para la obra de Dios en tu vida?
2. ¿Cómo sería para ti “brillar” justo donde estás?

Oración:
Señor, abre mis ojos para ver mis circunstancias actuales como tus oportunidades. Dame la valentía de Felipe para proclamar a Jesús dondequiera que esté. Convierte los obstáculos en citas divinas para tu gloria. En el nombre de Jesús. Amén.