Cómo Puedo Sentirme Más Cerca De DiosMuestra

¿Qué tengo que hacer para acercarme a Dios?

La pregunta es sincera: ¿qué tengo que hacer para acercarme a Dios? Nuestra tendencia natural es pensar que debemos ganarnos su amistad. Orar más, leer más, comportarnos mejor, acumular buenas obras. Pero el evangelio nos recuerda que esto no es así.

Se puede resumir en una frase poderosa: «La amistad con Dios no es una recompensa que hay que ganarse. Es un regalo que hay que recibir». Desde el inicio, fuimos creados para vivir en comunión con Él. El pecado rompió esa relación, y por nosotros mismos no podíamos repararla. Pero Dios tomó la iniciativa en Jesús.

Jesús vivió una vida plena, la que nosotros tal vez no hemos podido alcanzar, y en la cruz se entregó en nuestro lugar. Allí cargó con las consecuencias de nuestro rechazo a Dios. «En vez de dejarnos como nosotros lo dejamos a Él, Jesús murió para ofrecernos perdón y abrirnos el camino hacia una verdadera amistad con Dios».

Eso significa que no tenemos que convencer a Dios de que nos ame. Ya lo hace. No tenemos que acumular méritos. Cristo ya pagó el precio. Nuestra parte es creer, recibir y descansar en esa gracia.

Cuando entendemos esto, dejamos de acercarnos a Dios con miedo o inseguridad. Ya no tratamos de “ganar puntos” con nuestras obras. En lugar de eso, oramos con gratitud, leemos la Biblia para conocerlo y obedecemos no para ganar su amor, sino porque ya lo recibimos.

Esta verdad nos libera. Nos libera de la culpa que sentimos cuando fallamos, porque sabemos que no perdemos su amor. Y nos libera del orgullo que surge cuando creemos que somos mejores que otros. Solo queda la gratitud y la humildad de recibir un regalo inmerecido.

Hoy puedes acercarte a Dios sin miedo. No necesitas esperar a ser “suficiente”. Él ya lo hizo suficiente en Jesús.

Oración:

Gracias, Señor, porque tu gracia me alcanza tal como soy. Enséñame a recibir tu amor como un regalo y a descansar en lo que ya hiciste. ¡Amén!