AvivamientoMuestra

Dia 3: Compartiendo el avivamiento
Texto principal: “Ustedes son la luz del mundo (…) Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben a su Padre que está en los cielos.” (Mateo 5:14–16 NVI)
El avivamiento que Dios inicia en tu corazón no está diseñado para quedarse contigo.
Jesús dijo que somos luz. Y la luz no se esconde. Así también, un corazón avivado debe ser una vida que testifica. No con perfección, sino con convicción.
Compartir el avivamiento no siempre significa predicar con un micrófono. A veces significa ser fiel en casa, orar por tus hijos, mostrar gracia en medio del conflicto, o vivir con tanta integridad que otros pregunten cuál es tu fuente.
Avivamiento que no se comparte ni se desea para otros, no es fruto de una transformación genuina. Pero cuando has sido tocado por Dios de verdad, no puedes guardártelo. Quieres que otros también vivan lo que tú has encontrado.
Aplicación práctica:
Hoy, pídele al Espíritu Santo que te use como testimonio vivo. Haz una oración por alguien cercano que necesite volver a Dios. Escríbele, sírvele, o simplemente ora con fe. Que tu vida sea un altar encendido que invite a otros a acercarse al fuego de Dios.
Pregunta para reflexionar:
¿Estoy viviendo de forma que otros puedan ver la obra de Dios en mí? ¿A quién puedo compartirle hoy lo que Dios está haciendo?
Acerca de este Plan

Un llamado urgente al arrepentimiento y la rendición. Este plan de tres días te invita a buscar un avivamiento real que comienza en el corazón, conforme a la Palabra. Descubre cómo Dios responde cuando su pueblo se vuelve a Él con todo el corazón y cómo puedes ser parte de lo que el Espíritu Santo quiere hacer en esta generación.
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Nos gustaría agradecer a Kabed por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.youtube.com/channel/UCLN1UN--8CCjAA1GjPaKiHQ
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