La Dirección Divina – Una BrújulaMuestra

Sé tu misma

Hoy por la mañana pensé: “Estamos viviendo un tiempo donde todo mundo da consejos de cómo vivir, lo cierto es, que pocos viven lo que tanto predican”. Trato de ser honesta con Dios y conmigo misma, en la medida de lo posible, ya que en ocasiones me encuentro auto engañándome con ciertos aspectos de mi vida, buscando impresionar a los que me rodean y porque no, hasta busco impresionar a Dios.

Sin embargo, Dios me ama tanto que su hermoso “parakletos” se encarga de abrir mis ojos y entendimiento; y es ahí, donde me enfrento con la verdad, y eso duele pero es necesario, sin esa verdad podría lastimar a otros y por supuesto a mí misma. A través de 2 Corintios 12:9 (NTV) "Cada vez él me dijo: «Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad». Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí."

El Señor Jesús me estaba pidiendo menguar, ser débil, rendirme a él en pocas palabras, para entender quién soy en él. Mientras más lo busco, parece que voy disminuyendo. Reflexiono una y otra vez que su Reino, es el Reino al revés, mientras el mundo me dice que debo ser importante y que los demás lo noten, mi amado Jesús me dice que te baste mi gracia, que mi poder se perfecciona en tu debilidad, por tanto me gloriaré, como dice Pablo, en mis debilidades para que repose en mí el poder de Cristo.

No me cabe la menor duda, al sumergirme en la Palabra encuentro dirección, exacto, esa brújula en mi mano que contiene promesas para mi vida, y ahí di con el Salmo 32:8 “Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos” (RVR1960), me apropié de esa palabra. Lo interesante es que Dios nos lleva a vivir esa palabra; es un Dios que pasa de la teoría a la práctica, porque quiere enseñarnos quiénes somos en Él para después comenzar a avanzar.

Estaba en una reunión de mujeres y comencé a orar por aquellas que lloraban, en ese momento yo no era consciente de que al orar por las mujeres buscaba ser aceptada por Dios, llegó un momento de quietud y silencio, de pronto, vino a mi mente la siguiente frase: “Yo te amo como eres, no tienes que impresionarme”. Esa pequeña frase me hizo llorar como una pequeña niña, en el fondo estaba buscando aceptación por parte de mi Padre Celestial, buscaba su aprobación.

Anhelaba que a través de mis actos Él me amara, me aceptara. Aunque buscaba a Dios y oraba no estaba segura de su amor por mí. Cuando entendí que buscaba constantemente ser aprobada por Dios, le dije: ayúdame a verme como tú me ves, enséñame a mirarme a través de tus ojos. Esto ha sido sanador para mí y no me cabe la menor duda que Él me ama por quien soy, no por lo que hago, su gracia es suficiente.