He Soñado Con Un Hombre De DiosMuestra

Día 2: Cómo discernir el significado simbólico de un sueño

Cuando Dios nos habla en sueños, a menudo utiliza imágenes y símbolos en lugar de mensajes directos. Por eso es esencial aprender a discernir lo que estos símbolos representan espiritualmente. Soñar con un hombre o una mujer de Dios no siempre significa que tengas que encontrarte con ellos o seguir su ministerio.

En el sueño de Pablo, el macedonio representaba algo más que una persona física: simbolizaba una llamada divina a un pueblo o región espiritualmente en espera. La interpretación correcta del sueño no era buscar a este hombre, sino comprender la necesidad de evangelizar en Macedonia.

Apliquemos esto a nuestros sueños: si ves a un siervo de Dios, pregúntate ¿qué simboliza en tu percepción espiritual? Para algunos, será compasión por los pobres; para otros, una unción de poder, un llamado profético o incluso sabiduría pastoral. Dios utiliza esta imagen para señalar una faceta de su vocación o de su corazón que quiere comunicarte.

Veamos un ejemplo. Una persona me escribió después de soñar que un hombre de Dios le entregaba una pluma. En conversación con ella, me explicó que este predicador representaba para ella el poder y los milagros del Espíritu Santo. La pluma, símbolo de la escritura o de la firma, podía por tanto evocar una llamada a manifestar signos visibles, "firmas" de Dios. Este sueño no era una invitación a encontrarse con este predicador, sino a comprender que Dios quería activar en ella los dones de poder.

Por lo tanto, la interpretación correcta comienza con una introspección espiritual: "¿Qué representa esta persona en mi fe?". A continuación, analiza lo que está haciendo en el sueño: ¿está hablando? ¿Está regalando algo? ¿Está orando por ti? Todas estas acciones son pistas para comprender el lenguaje simbólico del sueño.

Interpretar un sueño no es adivinar ni fantasear. Significa hacerse las preguntas adecuadas, discernir con la ayuda del Espíritu Santo y comprender que Dios utiliza el lenguaje de las imágenes para transmitir profundas realidades espirituales. Es una invitación a escuchar, a reflexionar y, a menudo, a dar un paso de fe.