He Soñado Con Un Hombre De DiosMuestra

Día 1: Por qué Dios utiliza a hombres de Dios en sueños

Es posible que hayas soñado con un hombre o una mujer de Dios. En este sueño, esta persona te habla, te da un objeto simbólico -un abrigo, un bolígrafo- o simplemente intercambia contigo. Y cuando te despiertas, surge una pregunta: ¿qué está intentando decirme Dios a través de este sueño?

La primera reacción puede ser pensar que tenemos que ir a conocer a esa persona. Algunos piensan que tienen que comprar un billete de avión para asistir a la conferencia, o incluso contactar directamente con la persona. Otros empiezan a escuchar atentamente sus mensajes, convencidos de que se trata de una señal clara. Pero este tipo de interpretación literal suele ser reduccionista. La mayoría de las veces, lo que Dios quiere decir no se centra en la persona vista en el sueño, sino en lo que significa espiritualmente para ti.

Tomemos el ejemplo bíblico de Hechos 16. El apóstol Pablo tuvo un sueño en el que veía a un macedonio que le pedía que acudiera en su ayuda. A primera vista, se podría pensar que debía buscar a ese hombre, acudir en su ayuda o viajar a Macedonia para encontrarlo. Sin embargo, el resto del texto muestra que Pablo y su equipo comprenden que el macedonio representa a la nación de Macedonia, y que su grito expresa la necesidad de predicar allí el Evangelio.

Al llegar allí, las primeras personas con las que se encuentra Pablo ni siquiera son hombres... sino un grupo de mujeres. Entre ellas está Lidia, una comerciante de telas, que abre su corazón al mensaje, se convierte y su casa se convierte en el punto de partida de un avivamiento local. El sueño era, pues, simbólico, y su interpretación iba mucho más allá del rostro visto en la visión nocturna.

Del mismo modo, cuando sueñes con un hombre o una mujer de Dios, no te centres primero en la persona, sino pregúntate: ¿Qué representa él o ella para mí? ¿Es amor por las almas perdidas? ¿Autoridad espiritual? ¿Unción profética? ¿Una ternura pastoral? El sueño a menudo te señala un área donde Dios quiere desafiarte, llamarte o hacerte crecer.

Soñar con un hombre de Dios no siempre es una invitación a seguirlo o a unirse a su ministerio. A veces es una llamada personal, una señal divina de que Dios quiere activar en ti la misma unción, pasión o misión. Por eso es esencial interpretar estos sueños con sabiduría y retrospectiva, discerniendo lo que Dios está tratando de decir a través de la imagen, no en la superficie del sueño.