Confiando en Dios Para Dar Forma a Tu HistoriaMuestra

Confiando en Dios Para Dar Forma a Tu Historia
Día 1: La huella de la memoria
Hay un viejo dicho de los alfareros que dice: “la arcilla tiene memoria”. Presiona con el pulgar un montículo de tierra blanda y la huella permanecerá mucho tiempo después de alisar la superficie. Bajo el esmalte, bajo la forma terminada, la arcilla aún recuerda dónde fue presionada, dónde fue estirada, dónde fue herida.
¿No somos así también nosotros?
Nuestras almas llevan la huella de momentos ya pasados. Las palabras pronunciadas con ira, el amor ofrecido y retirado, las alegrías que nos hicieron cantar, las traiciones que nos vaciaron, todo ello está grabado en nosotros. Podemos alisar nuestros rostros y construir vidas firmes, pero por debajo hay surcos e impresiones que el tiempo no ha borrado.
Quizá parezca una debilidad estar tan condicionados por lo que hemos vivido. Pero, ¿y si también es lo que nos hace más hermosos? ¿Y si la memoria que guardamos dentro de nosotros no es simplemente tejido cicatricial, sino un testimonio de que hemos vivido, de que hemos sido moldeados tanto por el dolor como por la gracia?
Las Escrituras se hacen eco de esto en el Salmo 56:8:
Mis huidas tú has contado; Pon mis lágrimas en tu redoma; ¿No están ellas en tu libro?
Nada de lo que hemos llevado se ha perdido para Dios. Cada pena se conoce, cada alegría se recuerda.
Cuando acudimos a Dios con nuestros recuerdos, no le ofrecemos arcilla virgen, sin marcas. Le llevamos todas las huellas dactilares, todas las fracturas, todas las líneas que cuentan nuestra historia. Y en Sus manos, no son defectos que deben borrarse, sino líneas narrativas que Él teje para crear algo más completo de lo que podríamos imaginar.
Hoy, atrévete a fijarte en los lugares en los que aún guardas el pasado. En lugar de despreciarlos, deja que te recuerden tu ternura, tu capacidad para moldearte, tu voluntad de seguir viviendo. La arcilla que se resiste a ser movida se vuelve como piedra. Tu dulzura no es tu fracaso: es tu gloria, que puede ser utilizada para la gloria de Dios.
Reflexión: Coloca tu mano sobre tu corazón o tu vientre. Respira tres veces lentamente. Imagina tu vida como arcilla blanda: ¿qué huellas ves? Susurra para ti mismo: “Incluso esto, Dios lo recuerda y puede utilizarlo para crear una obra maestra”.
Escrito por Betsy Sunny
Escrituras
Acerca de este Plan

Todos llevamos recuerdos. Algunas son hermosas, pero otras pueden ser un tanto dolorosas. En este plan de tres días, que incluye el cortometraje Clay Has a Memory (La arcilla tiene memoria) de Wonderhunt, nos centraremos en pasajes que nos recuerdan que nada de lo que hemos vivido se pierde. Dios ve cada lágrima, cuenta cada prueba y las entreteje en una obra maestra mucho más hermosa de lo que podríamos imaginar por nosotros mismos.
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Nos gustaría agradecer a Wonderhunt por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.wonderhunt.co
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