No temas: Eres conocido, cuidado y valiosoMuestra

No temas al que solo puede matar el cuerpo

"Mas os digo, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después nada más pueden hacer" (Lucas 12:4 RVR1960).

El miedo pierde poder cuando sabes quién tiene la última palabra.

Jesús habla a sus discípulos con una ternura profunda: “amigos míos”. Esas palabras no son adornos: son afirmación de intimidad y cuidado. En ese contexto, les dice algo difícil: no teman a los hombres, incluso si pueden matar el cuerpo. ¿Cómo no temer? ¿Cómo vivir sin miedo ante amenazas reales?

La clave está en la perspectiva eterna. El hombre solo puede tocar lo externo, lo físico, lo temporal. Pero no tiene poder sobre el alma ni sobre el destino eterno. Jesús no niega el dolor humano, pero lo pone en contexto: nuestro cuerpo no es lo más valioso; lo eterno sí lo es.

Hoy también enfrentamos voces que infunden miedo: al rechazo, al fracaso, a la crítica, a la pérdida. Pero cuando recordamos que nuestro valor no se define por las amenazas humanas, sino por nuestra relación con Dios, el temor pierde su fuerza.

Jesús no promete ausencia de dificultades, pero sí una certeza más fuerte: nuestra vida está en manos de Aquel que tiene autoridad final. Y Él es nuestro amigo.

¿Estás permitiendo que el miedo a lo humano limite tu fidelidad a lo eterno?