Sin VergüenzaMuestra

La Fuerza que Habla en tus Cicatrices

Cada marca de nuestra vida, visible o no, es una especie de cicatriz. A menudo las vemos con vergüenza, queriendo olvidar el dolor que causaron. Pero quiero desafiarte a algo: Nunca te avergüences de una cicatriz. Significa simplemente que fuiste más fuerte que aquellos que trataron de hacerte daño.

Tus cicatrices no son marcas de derrota; sino historias de supervivencia. Has superado la herida que deja la cicatriz. Son testimonio de tu resistencia y de la gracia de Dios en tu vida. No te avergüences ni te cubras las cicatrices; son una demostración de que eres un trofeo de la gracia de Dios en este mundo. Proclaman que has luchado y has vencido. Puedes vivir sin vergüenza abrazando tu historia completa.

Cuando decides dejar a un lado la vergüenza, empezarás a verte como Dios te ve. Él no se fija en la herida, sino en tu sanación y fortaleza. Permite que tus cicatrices te recuerden tu valentía y la fidelidad de Dios, y te impulsen hacia un futuro lleno de esperanza.

Para pensar:
• ¿Qué historia de superación, aunque ahora te parezca difícil, te ha hecho más fuerte? (Piensa en tus "cicatrices").
• ¿De qué manera esa experiencia difícil te ha enseñado algo valioso o te ha dado una nueva perspectiva? (Mira esa "marca" como una señal de tu fuerza).
• ¿Qué puedes elegir hacer hoy para reconocer y valorar esa parte de tu camino, sabiendo que te ha llevado hasta donde estás? (Honra esa parte de tu historia).

Oración:
Amado Dios, gracias por sanar mis heridas y fortalecerme. Ayúdame a ver mis cicatrices como pruebas de tu gracia y mi valentía. Libérame de la vergüenza para vivir con confianza. En el nombre de Jesús, amén.