Instrumentos De HonorMuestra

Sé un instrumento para restaurar

“(...) por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo (...)" (2 Timoteo 2:25-26 RVR1960).

Un corazón humilde puede ser el canal que Dios use para traer libertad a otros.

El propósito final de todo este proceso de formación es que el líder se convierta en un instrumento de restauración. No solo para hablar verdad, sino para guiar con amor a quienes están atrapados en el error. Pablo nos recuerda que el cambio real lo produce Dios: Él es quien concede el arrepentimiento. Pero usa instrumentos.

El corazón del siervo del Señor debe arder por ver a otros libres, no por ganar debates. Por eso corrige con mansedumbre, ora con paciencia, espera con fe. La autoridad espiritual no se impone; se gana con integridad y compasión. El líder maduro sabe que solo la gracia de Dios puede abrir los ojos y quebrar el lazo del diablo.

Aquí se revela la misión pastoral del liderazgo: ayudar a otros a escapar de la trampa del enemigo y volver en sí. Como el hijo pródigo, muchos necesitan un espejo compasivo que los acompañe a redescubrir la verdad. Ser instrumento de restauración es un privilegio sagrado.

Este capítulo cierra el círculo: del obrero aprobado (v.15), al vaso limpio (v.21), al siervo manso (v.24), al instrumento restaurador (v.25-26). Dios no busca piezas perfectas, sino corazones rendidos, dispuestos a ser usados.

¿Estoy dispuesto a ser instrumento para restaurar vidas, incluso cuando eso implique paciencia, mansedumbre y quebranto personal?