El Amor Que TransformaMuestra

El amor que transforma

“(…) mas tenga vida eterna” (Juan 3:16c RVR1960).

La vida eterna no es solo un destino, es una nueva manera de vivir hoy.

Vida eterna no significa únicamente duración infinita. Significa calidad divina de vida. No se trata solo de ir al cielo, sino de comenzar a vivir desde ahora con el cielo en el corazón (una posesión presente).

Es una vida que brota de una nueva naturaleza, de una relación restaurada con Dios por medio de Jesús. La expresión vida eterna tiene un significado tanto cuantitativo como cualitativo; no sólo implica la duración, sino también la cualidad. Vida eterna significa la misma vida de Dios impartida a través de Cristo (1 Juan 5:11-12 RVR1960).

El amor de Dios no se limita a perdonarte; quiere transformarte. Vida eterna es conocer a Dios (Juan 17:3), vivir en su presencia, caminar en su propósito y ser lleno de su Espíritu.

Cuando recibimos a Cristo, su vida entra en nosotros y comienza un proceso de transformación. El ego ya no reina; el amor guía. La oscuridad ya no gobierna; la luz brilla desde adentro.

Y esta vida eterna es un regalo, no una recompensa. Es por gracia, no por méritos. Pero una vez recibida, produce frutos visibles: gozo, paz, servicio, compasión, misión. Es una vida que contagia esperanza.

Juan 3:16 no termina en una promesa lejana, sino en una realidad presente que nos llama a vivir con propósito, fe y amor.

¿Estoy viviendo hoy como alguien que ha recibido la vida eterna, o sigo atado a la vieja forma de vivir?