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ESFORZADO Y VALIENTE
Los capítulos 6 y 7 del libro de Jueces narran la historia de Gedeón. Durante esa época, el pueblo de Israel hizo lo malo delante de Dios y fueron entregados en manos del pueblo de Madián. En repetidas ocasiones, los atacaban y les robaban todo lo que tenían por lo que tuvieron que hacer cuevas y lugares fortificados para sobrevivir.
Un día durante esta temporada, Gedeón estaba sacudiendo trigo, escondido en una cueva. El temor de lo que estaba sucediendo y la estrategia para poder sobrevivir lo llevó a ese lugar. Pero en ese lugar apartado de todos e inVISIBLE, el ángel de Dios lo visita y le dice: "Jehová está contigo, varón esforzado y valiente" (vers. 12). A lo que Gedeón responde: "Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado" (vers. 13), "¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre" (vers. 15). Las heridas del pasado, las excusas, complejos y etiquetas con las que él responde nos dejan claro que la cueva en la que sacudía el trigo no sólo era un lugar físico para obtener alimento, sino que también se había convertido en un estado de pensamiento y de vida que lo hacía sentir derrotado e inVISIBLE. Pero el ángel de Dios le reafirma que Dios está y estará con él y lo envía a defender al pueblo (vers. 14, 16.). La victoria ya había sido entregada en manos de aquel que parecía inVISIBLE hasta para sí mismo. Ante sus dudas e inseguridades, pidió algunas señales y pruebas para asegurarse de que era Dios quien lo llamaba, y Él se las concedió.
Después de este primer encuentro con el ángel de Dios, el corazón y el pensamiento de Gedeón comenzaron un proceso de transformación, donde el varón esforzado y valiente que era para Dios, ahora tenía que empezar a hacerse VISIBLE para él mismo.
Al principio, Gedeón reunió a un ejército de 32,000 hombres; a su parecer debería ser un ejercito grande, después de todo, dice la Biblia que el ejército de los madianitas era incontable (vers. 12). Pero Dios le dijo que no, que esa no era la cantidad con la que pelearían. Le pidió que hablara con el ejército y que todos los que tuvieran miedo sería mejor que se regresaran. Por lo que 22,000 hombres decidieron irse y sólo quedaron 10,000 valientes. Una vez más, Dios le dijo que aún eran demasiados, así que ordenó que los pusiera a prueba en el río. Esta prueba consistía en observar cómo bebían agua. Todo aquel que se agachaba y tomara directamente con la boca en el río sería rechazado, únicamente los que llevaban el agua con la mano a la boca, mostraron estar alertas y listos. ¡De los 32,000 que iniciaron, sólo quedaron 300!
No sólo la cantidad fue reducida, Dios quería mostrar que la victoria vendría por Su poder, así es que le dio una estrategia inusual y totalmente inesperada. Dios le dijo a Gedeón que atacara de noche, divididos en grupos de 100 y a cada uno le dio: una trompeta (shofar), un cántaro de barro vacío y una antorcha encendida dentro del cántaro. En la oscuridad de la noche, rodearon el campamento y al darles la señal, todos los hombres rompieron los cántaros, haciendo un fuerte estruendo, mostraron las antorchas y tocaron las trompetas mientras gritaban: “¡Por la espada de Jehová y de Gedeón!” (vers. 20). Los madianitas, sorprendidos y aterrados por el estruendo, la luz repentina y los gritos, entraron en pánico. Creyendo que estaban rodeados por un gran ejército, ante la confusión, comenzaron a matarse entre ellos. Dios les dio la victoria sin que tuvieran que usar una sola espada al inicio del ataque. Era necesario que así fuera para que la victoria no se atribuyera a ningún poder humano, sino a Dios y sólo a Él.
Durante esa temporada de opresión, aunque estaba escondido, Gedeón fue VISIBLE para Dios. Al principio, él no se veía como un varón esforzado y valiente, pero Dios ya lo veía así y en Sus manos ese propósito fue una realidad.
En su proceso, pedir las pruebas demostró sus inseguridades, pero el proceso de reunir al ejército y la guerra fortaleció su corazón de obediencia y confianza en Dios.
Qué increíble es Dios que, a pesar de tu pasado, complejos y excusas, no dejas de ser VISIBLE para Él. Conoce tus pensamientos, limitantes y corazón, y en Sus manos Él es capaz de transformarlos en valentía y victoria para Su gloria. Tal vez te has sentido inVISIBLE, abandonado, desanimado pero nunca has estado sólo, tal vez el proceso parece confuso e ilógico, pero permanece, obedece, entrégale la totalidad de tu corazón y pensamientos, porque Él los quiere transformar para hacer VISIBLE la persona que realmente eres en Él.
Acerca de este Plan

Hay momentos en la vida en la que nos sentimos solos, lejanos... inVISIBLES, sin embargo la Biblia nos muestra cómo la auto percepción, las circunstancias, la sociedad y los tiempos difíciles no son equivalentes a una ausencia de Dios. Él es Soberano y es en esos momentos donde Él desea mostrar su plan, visión, propósito y eterno amor para ti.
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Nos gustaría agradecer a Abiel Guajardo por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.instagram.com/abielachad.guajardo/?igsh=Zml5enprNHEzNm45&utm_source=qr#
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