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Salud física y bienestar integral
“(…) yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas (…)” (3 Juan 1:2a).
Dios se interesa por tu cuerpo tanto como por tu alma.
Juan ora para que Gayo tenga salud física. Esto puede parecer una petición secundaria, pero no lo es. El cuerpo es templo del Espíritu Santo (1 Corintios 6:19) y herramienta para cumplir el propósito de Dios en la tierra. Jesús sanó cuerpos como señal del Reino, mostrando que Dios se interesa por nuestra condición física. No debemos espiritualizarlo todo ni descuidar lo físico: ambos aspectos están interconectados.
La Biblia nos llama a cuidar nuestro cuerpo con disciplina y gratitud. Pablo dice: Si vivimos, para el Señor vivimos (Romanos 14:8). El bienestar físico es también parte de nuestro testimonio.
La fatiga crónica, la mala alimentación o el estrés constante afectan nuestra comunión con Dios y con otros. Aunque no siempre podemos evitar la enfermedad, sí podemos cultivar hábitos saludables como un acto de mayordomía espiritual.
Juan desea que la salud física de Gayo sea tan buena como su salud espiritual. ¿Podría decirse eso de nosotros?
¿Estoy honrando a Dios con mi cuerpo tanto como con mi espíritu?
Escrituras
Acerca de este Plan
Este devocional explora el profundo deseo apostólico de bienestar integral contenido en 3 Juan 1:2. El apóstol Juan manifiesta un profundo deseo por el bienestar integral de un discípulo suyo. Juan expresa su anhelo de que el alma, el cuerpo y la vida entera de su amado Gayo prosperen. En esta oración en voz alta queda claro como la salud del alma es la base del verdadero bienestar, cómo Dios cuida también nuestro cuerpo, y cómo nuestras relaciones reflejan la prosperidad del alma.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://leadershiftglobal.com/
