Dependencia Total en DiosMuestra

Cuando la debilidad se vuelve el camino

"(...) Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad (...)" (2 Corintios 12:9a RVR1960)

Dios no elimina nuestra debilidad: la llena con Su poder.

Pablo pidió tres veces que Dios le quitara aquello que le molestaba. Pero la respuesta no fue lo que esperaba: Dios no quitó el problema, le ofreció gracia suficiente. En esa respuesta hay una clave profunda: Dios no siempre cambia nuestras circunstancias, pero sí nos cambia a nosotros a través de ellas.

La debilidad no es algo que Dios desprecie, es el espacio perfecto donde Su poder se puede manifestar y perfeccionarse.

La autosuficiencia nos aleja de Dios, pero la dependencia total nos acerca a Su corazón. Cuando aceptamos nuestra insuficiencia, cuando dejamos de aparentar fortaleza, abrimos las puertas al obrar sobrenatural del Señor. No se trata de resignación, sino de rendición. Solo cuando soltamos el control, Dios puede ejercer Su soberanía en nosotros con plenitud.

¿Estoy tratando de ocultar mi debilidad, o estoy permitiendo que Dios la llene con Su poder?