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Las promesas de Dios para los que oran: Estoy contigo

De todas las pérdidas que sufrió la raza humana cuando Adán y Eva fueron expulsados del Jardín del Edén, una de las más graves fue la pérdida del contacto directo e inmediato con Dios; que ahora la relación tendría que ser forjada y alimentada "a distancia", por así decirlo. Como nuestra mente está nublada por el pecado y la debilidad, tendemos a no creer en cosas que no podemos ver o tocar; a veces, todos dudamos como Tomás.

A veces parece que Dios está muy distante o que ni siquiera existe. Pink Floyd dice en una de sus canciones: "¿Hay alguien ahí fuera?" En sus momentos más oscuros de debilidad y desesperación, ¿alguna vez temió que nadie estuviera escuchando sus gritos pidiendo ayuda?

Dios ya no camina físicamente sobre la tierra como lo hizo en la persona de Jesucristo, pero está siempre presente, de muchas maneras: "No te desampararé ni te dejaré" (Hebreos 13:5). Su Espíritu llena el universo, su Palabra revela su mente, su propósito y sus poderosos hechos. El toque del agua bautismal es su ceremonia de adopción y el sello de que usted es de su propiedad. La Cena une su divino cuerpo y sangre con los de usted.

Él está cerca de usted en este momento.