Contando Tu HistoriaMuestra

No Pierdas Tu Momento

Pablo no planificó estar en juicio. Pero cuando estuvo frente al Rey Agripa, acusado y malentendido, no desperdició el tiempo defendiendo su reputación, sino que compartió el Evangelio.

Contó su historia de manera honesta. Habló con carácter. Y no se acobardó con la verdad, aunque haya hecho la situación extraña. ¿Por qué? Porque Pablo sabía que en todo tiempo (bueno o malo, planificado o inesperado) podía ser usado por Dios para alcanzar a alguien.

Aun así, seamos honestos, levantarse y hablar no siempre es fácil. Nos ponemos nerviosos, titubeamos. Y aunque Pablo tenía literalmente a un rey escuchándolo, la mayoría de nosotros no tendremos ese tipo de oportunidad

Pero, ¿y si los pequeños momentos son los más importantes?

No necesitas un escenario o un micrófono para compartir el evangelio, sólo un corazón dispuesto. A veces empieza por una conversación inesperada, una pregunta difícil por parte de un amigo, o simplemente cuando alguien pregunta: “¿Qué es eso diferente en ti?”.

Estos momentos de la vida diaria son cuando una fe robusta empieza. No los dejes pasar por alto, podrían ser la forma en la que el Espíritu Santo está abriendo puertas para que entres y hables La Verdad a alguien que lo necesite

Tu historia importa. Y cuando la compartes, Dios puede usarla para hablar a la vida de alguien más.