Corazón De Huérfano vs Corazón De HijoMuestra

Un escape

Una vez que llegamos a los pies de Jesús, si no identificamos heridas y disfuncionalidades del pasado y comenzamos a edificar nuestro nuevo nacimiento sobre ese fundamento, eventualmente nuestra vida colapsará.

Es muy difícil ver a Dios como un Padre cuando vivimos experimentando emociones tóxicas y heridas no sanadas. Quieres amar a Dios, recibir su amor y conocerlo, sin embargo, no hay un verdadero crecimiento en tu relación con él y acabas viviendo una vida frustrada.

Mucha gente vive como en un parque de diversiones, tratando de estar en un estado de sueño para evitar enfrentar su realidad o el dolor de su pasado. Si tú eres una de esas personas, no continúes evadiendo tu realidad buscando un escape. Es importante entender que los problemas no se irán hasta que sean enfrentados. La mejor noticia es que Dios no te pide que arregles tus problemas solo, ya que es imposible. Él quiere y puede ayudarte a cambiar patrones de conducta, hábitos nocivos y pensamientos tóxicos que te hieren a ti y a los de tu alrededor.

Creer en Jesús es experimentar un nuevo nacimiento espiritualmente hablando; “el que oye mi palabra y cree al que me envió tiene vida eterna; y no vendrá a condenación mas ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24 RVR1960).

Me hubiera gustado que me enseñaran que creer en Jesús no significa que los daños más profundos que un ser humano pudiera tener, mágicamente desaparecen con la oración de fe (habrá casos excepcionales de ello).

Una vez que pones tu fe en Jesús, Dios comienza un proceso de santificación. Su propósito es que seamos hechos conforme a la imagen de su Hijo (Romanos 8:29). Esto toma toda una vida.

Es esperanzador saber que en Jesús hay sanidad para todas las heridas de nuestra alma, pídele en oración que te permita identificarlas y entrar en un proceso de restauración de su mano y, dentro de lo posible de la mano del cuerpo de Cristo.