Cuando El Amor Se Hace Carga CompartidaMuestra

Cada uno con su responsabilidad

Somos llamados a ayudar sin anular al otro.

“...Cada uno llevará su propia carga” (Gálatas 6:5 RVR1960). Aunque estamos llamados a acompañar y ayudar, no debemos confundirlo con cargar por completo la vida ajena. Este versículo nos recuerda el equilibrio: amor con responsabilidad.

No podemos vivir la fe, tomar decisiones u obedecer por otros. Hay cargas personales que son intransferibles: la fe, el carácter, la obediencia, la responsabilidad ante Dios (2 Corintios 5:10). En el cuerpo de Cristo, ayudamos, pero no sustituimos.

Es importante no caer ni en la indiferencia ni en la sobreprotección. El amor maduro acompaña, fortalece, anima, pero no anula la libertad ni la responsabilidad personal. El verdadero apoyo impulsa al otro a caminar por sí mismo.

Por un lado, se exhorta a los creyentes a asumir una responsabilidad hacia los demás y hacia uno mismo (Gálatas 6 versículo 2); pero por el otro lado se aclara que cada uno cargará con su propia responsabilidad (versículo 5). Estos dos versículos se complementan y aportan un sentido de equilibrio, entre la responsabili­dad personal y la corresponsabilidad en apoyarse y ayudarse.

Somos llamados a solidarizarnos y comprometernos en apoyar a otros cuando su vida se ve sobrepasada por cargas pesadas, y no cuentan con recursos de afrontamiento para salir adelante. Ese es el sentido que expresa la palabra carga (exceso de carga), del griego baros (Strong 922) en el versículo 2. Eso es expresar amor al tener responsabilidad hacia otros en circunstancias difíciles, en tiempos de crisis. Pero por otro lado el versículo 5 dice que cada uno cargue (carga liviana), del griego fortion (Strong 5413), con su pro­pia responsabilidad. Esto describe las responsabilidades cotidianas (trabajo, familia, etc.) que necesitamos llevar a cabo. Cada persona tiene la responsabilidad de lidiar con el día a día de su vida, con las cosas que constituyen su propia carga personal. Esa carga no es transferible ni delegable.

¿Estás cargando algo que no te corresponde? O al revés, ¿esperas que otros vivan tu fe por ti? En la comunidad de Cristo, cada uno tiene una parte. ¿Qué cargas debes entregar? ¿Y qué responsabilidades necesitas retomar? Reflexiona: ayudar no es controlar, y dejar de ayudar no es abandonar. Es amar con sabiduría.

Oración: Señor, ayúdame a ser apoyo sin control, guía sin dominio. Enséñame a respetar la carga personal del otro, y también a llevar con valentía la mía.