5 Necesidades Espirituales Que No Puedes IgnorarMuestra

A lo largo de estos días hemos estado hablado de necesidades espirituales que muchas veces pareciera que las olvidamos, la verdad es que cada una de ellas son tan reales e importantes como nuestras necesidades físicas.

Sabemos lo que ocurre cuando dejamos de respirar, de comer o de dormir: nuestro cuerpo se debilita, se enferma e incluso puede morir.

Pero, ¿alguna vez has pensado qué es lo que realmente pasa cuando no atiendo a mis necesidades espirituales?

Así como el cuerpo da señales cuando algo no está bien, el espíritu también muestra síntomas cuando ha sido olvidado, cuando no se alimenta, cuando no se conecta con su fuente que es Cristo. La Biblia menciona que el que tiene cargas se acerque al Padre porque Él da descanso, y Jesús dijo que el que tuviera sed bebiera de Él porque nunca más la tendría.

La parte triste en medio de todo esto es que ignoramos esas señales y en muchas ocasiones hacemos caso omiso hasta que el daño es profundo.

Cuando pensaba en esta palabra que leíste venía a mi memoria las imágenes que he visto cuando he ingresado a una Unidad de Cuidados Intensivos. Personas acostadas en cama, muchas sin fuerza o inconscientes, recibiendo oxígeno, cansadas o somnolientas, recibiendo medicamentos por las venas. Y, luego pensaba en cuántas de las personas que están en la iglesia hoy tienen espíritus agonizando. No por falta de amor de Dios porque la realidad es que Él nos ama con amor eterno, sino por falta de respuesta de nuestra parte. Imaginaba espíritus conectados a “suero espiritual”, intentando sobrevivir, con lo que le dedicamos a Dios a la semana que muchas no es más que dos horas un domingo. Pero, la realidad es que nuestros espíritus fueron diseñados para vivir en plenitud, en una comunión constante.

La dura verdad es que hay quienes cantan, sirven, asisten, pero están desconectados del corazón del Padre, viven en “automático” creyendo que una pequeña recarga será suficiente. Y, si tuviéramos la capacidad de ver mas allá, entenderíamos porque nos cuesta tanto hasta que nos vean levantar las manos en la iglesia, entendí que estamos llenos de espíritus debilitados por falta de adoración verdadera, por falta de comunión, por falta de alimento bíblico. Tenemos miles de personas en nuestro entorno con espíritus debilitados por heridas no sanadas, por una vida donde Dios no es el centro.

Hemos confundido actividad con intimidad. Se ha reemplazado lo esencial por lo superficial, y como dice un pastor lo sagrado se volvió común. Hoy que lees esto Dios, nos recuerda que la vida espiritual no es automática, mucho menos de microondas, la vida espiritual hay que cultivarla, atenderla y cuidarla.

Así como nadie sobrevive sin respirar, nadie puede vivir verdaderamente sin nacer de nuevo, sin menguar, sin ocuparse de los negocios del Padre, sin pasar por el fuego de la aflicción, sin adorar. Estas no son opciones, definitivamente son necesidades.

Hoy quiero dejarte con esto:

Pregúntate: ¿Estoy vivo o sobreviviendo? No es momento de ignorar las señales o dejarlo para después, no fuiste llamado a sobrevivir, Dios te llamó a vivir en plenitud, no te acostumbres a vivir desconectado, es momento de volver y beber de la fuente de vida eterna.

Ora conmigo:

Padre, yo realmente anhelo que avives mi espíritu, anhelo atender cada una de mis necesidades espirituales, anhelo entrar en la sala de urgencias. Pero para ayudar a otros a salir de ahí así como tú lo hiciste conmigo. Ayúdame a nunca perder el asombro de estar en tu presencia, a siempre buscar más de ti y nunca apartarme, amén.

Gracias por acompañarme en estos siete días de devocional, espero que este tiempo haya sido de bendición para ti, oro por cada lector para que Dios siga trabajando conforme a su propósito en cada uno.

Dios te bendiga.

Con amor en Cristo,
Karla García.