Devocional Julio "Lámpara a Mis Pies"Muestra

“Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial” (1 Corintios 15:49 RVR1960).

Cuando Dios creó a Adán y Eva, los hizo a su imagen. Uno de los propósitos por los cuales fueron creados era precisamente que mostraran ante la creación cómo es Dios, pero el pecado distorsionó esa imagen (como un espejo roto). Es por esto que en ocasiones una persona puede mostrar un acto especialmente noble y admirable y al poco tiempo cometer el crimen más horrendo.

Después de Adán la humanidad se corrompió mucho, muy rápido: Caín, el hijo mayor de Adán se levantó para matar a su hermano. Así como él, toda la descendencia de Adán nació con una naturaleza corrupta que es la responsable de todas las atrocidades que vemos en el mundo.

Sin embargo, las buenas noticias del Evangelio son que no estamos condenados a la corrupción para siempre; porque así como llevamos esa imagen distorsionada y esa naturaleza corrupta, llevaremos la imagen de Cristo, ¡llegaremos a ser perfectos! La corrupción, la tristeza, la enfermedad, el dolor y la maldad llegarán a su fin.

¡Que pronto llegue ese glorioso día!