Devocional Julio "Lámpara a Mis Pies"Muestra

“Él entonces dijo: Traed harina. Y la esparció en la olla, y dijo: Da de comer a la gente. Y no hubo más mal en la olla” (2 Reyes 4:41 RVR1960).

El profeta Eliseo vivió en un período de sequía y hambre en Israel. El grupo de profetas en el que estaba tenía tan poca comida, que no podían darse el lujo de desperdiciar una olla de sopa, así que cuando se enteraron que colocaron una hierba venenosa, no supieron qué hacer.

El profeta, dirigido por Dios, hizo un curioso milagro en el que un poco de harina limpió la sopa del veneno que traía para que los profetas pudieran comer. Podemos aprender dos cosas de este incidente:

1 - El poder de Dios no tiene límites. Él puede hacer cualquier cosa, con cualquier material que tenga a la mano (e incluso sin materias primas). Si piensas en las necesidades que puedas tener, no encontrarás nunca una en la que Dios no pueda levantarte y darte la victoria.

2 - También es importante que recuerdes que Dios cuida de sus hijos de una manera especial. Medita un momento en esta situación: en el Dios eterno, infinitamente grande y glorioso, tiene sus ojos puestos en una olla de sopa en un pueblo pequeño en una esquina de un planeta pequeño en la esquina del universo. A pesar de Su grandeza y nuestra insignificancia, se tomó el tiempo y el trabajo de limpiar una sopa. ¡Dios salvó una sopa!

Sin importar en dónde estés puedes tener la certeza de que tu Padre en los cielos te mira, está pendiente de ti y te cuida, incluso en las cosas que parecen pequeñas. ¡Ese es el tamaño de Su amor!