El regalo más grande

Jesús, el Hijo de Dios, eligió encarnarse por nosotros, un gesto que expresa la profundidad de Su amor. Al asumir nuestra humanidad, se sumergió en las experiencias y desafíos que enfrentamos diariamente. Cada paso que dio en la tierra fue motivado por un amor sincero e incondicional.

La culminación de este amor se manifiesta en Su muerte en la cruz. Con Su sacrificio, cargó con el peso de nuestros pecados, ofreciéndonos una nueva oportunidad de vida y redención. Es difícil comprender la magnitud de un amor dispuesto a darlo todo, incluso la vida, por el bien de los demás. Sin embargo, Jesús lo hizo, demostrando cuánto le importamos a cada uno de nosotros.

Esta entrega total no es solo una historia del pasado; es una realidad viva y presente. Lo que hace aún más extraordinario el amor de Jesús es que no se limita a un momento histórico. Él sigue estando con nosotros, listo para ofrecernos Su apoyo y Su guía.

Cada día, se nos invita a reflexionar sobre esta verdad: Nos amó hasta el extremo. Esta conciencia debería inspirarnos a responder con gratitud y amor hacia Él y hacia los demás. En un mundo que a menudo carece de compasión, podemos encontrar fuerza y motivación en el amor de Jesús, que nos exhorta a vivir con un corazón abierto, dispuesto a dar amor incondicional a quienes nos rodean.

Espero que este mensaje te haya ayudado a reconsiderarte como una persona amada y buscada, con un propósito en la vida.

Dios te bendiga.

Pastor Carmelo Orlando