¿Hay Esperanza Para Mi Matrimonio? Una Razón Perfecta Para Permanecer JuntosMuestra

¿Qué pasaría si dejáramos de lado esta cuestión de la sumisión?

El hecho de que Jesús sea Dios no significa que no haya sido tentado, sintió la angustia de este mundo al igual que toda la humanidad. Si Jesús cedía a la tentación y si abandonaba la sumisión, ¡habría consecuencias de gran alcance para toda la creación! Cada día estoy agradecida de que no se rindiera.

En Mateo 26, tenemos una mirada íntima a la conversación de Jesús con Dios Padre. Jesús le pidió a sus discípulos que estuvieran atentos mientras Él caminaba hacia el centro del jardín para orar, fue una oración llena de angustia al contemplar Su muerte y sufrimiento en la cruz. Luchó contra las tentaciones de decir "no" y evitar el sufrimiento inminente de la cruz. En su oración de sumisión suplicó no tener que soportar lo que se avecinaba.

¿Había otra manera? Me pregunto qué le dijo Dios Padre a Jesús. ¿Declaró la imposibilidad de cualquier otra manera de salvar a la humanidad? ¿Expresó Su amor por estas criaturas que ni siquiera pudieron velar con Jesús durante una hora?

Más presuntuosamente aún, ¿dijo mi nombre?

¿Jesús habló de mí? En Su omnipotencia y omnisciencia, Dios conocía cada nombre de cada persona, y consideró la impotencia de la humanidad y su necesidad de salvación. Sí; creo que dijo mi nombre ¡La conversación acerca del amor más doloroso y poderoso debe haber incluido mi nombre y el tuyo! Jesús estaba conversando con Su Padre acerca del futuro de la humanidad.

Este es el Dios Trino hablando de Su amor por ti y por mí, es el mismo amor que nos tejió en el vientre de nuestras madres, creándonos de manera asombrosa y maravillosa.

Vemos la unidad de la Trinidad en la sumisión de Jesús a Su Padre. No sólo se sometió al sufrimiento de la cruz, Jesús se sometió a la voluntad del Padre. Él te tenía a ti y a mí en mente mientras permanecía fiel a la voluntad del Padre.

Cuando Jesús hizo de la unidad con el Padre Su prioridad, ¡hizo posible mi salvación y la tuya! ¡Estoy tan agradecida de que no abandonó la sumisión al Padre!