La Supremacía De CristoMuestra

Yo soy segundo.

Como te he contado en otras ocasiones, estoy casado con mi maravillosa esposa Shaila. Llevamos siete años de matrimonio y, con cada año que pasa, comprendo cada vez más, porque en el día de tu boda te dicen que vas camino al altar.

Y es que cuando te casas, frente al altar donde haces los votos, ese pacto de por vida, lo que estás haciendo es sacrificar tu yo. Porque desde ese día en adelante y hasta que la muerte los separe ya no existe un “yo”, sino un “nosotros”.

Lo que entiendo cada vez más, es que desde que me casé, “yo soy segundo”. ¿Qué significa esto? Que antes de mis necesidades y deseos, mi rol como esposo y cabeza de hogar es poner en primer lugar las necesidades de mi esposa y de mi familia.

Eso significa amar a mi esposa como Cristo amó a la iglesia. Me encanta este pensamiento y forma de vida, aunque va en contra de mi propia naturaleza, porque somos egoístas y nuestro deseo natural es ser atendidos siempre en primer lugar.

Por eso me encanta el movimiento mundial de “yo soy segundo” y la filosofía detrás de este movimiento, la cual es; Cristo está en primer lugar y yo soy segundo.

Esto en realidad no es una filosofía humana, sino una verdad bíblica que encontramos en nuestro pasaje que hemos estado estudiando estos días, Colosenses 1:18 termina diciendo esto; “Así que él es el primero en todo".

Si tú y yo viviéramos cada día con ese pensamiento, no imaginas cuántas luchas y cuánto dolor nos ahorraríamos.

Hoy en día puedo entender esta verdad bíblica en mi matrimonio y familia, aunque reconozco que es una lucha diaria poner en primer lugar a Cristo, dejarle estar en el trono, en el asiento de conductor de mi vida. Y tú, ¿eres primero o eres segundo?

Si pones a Cristo en primer lugar, todo lo demás encontrará su orden. No por nada la Biblia nos da la promesa de que, si buscamos primero el Reino de Dios y su justicia, todo lo demás vendrá por añadidura.