EsencialesMuestra

A veces, la vida es dura. Hay días en los que todo parece desmoronarse y apenas logras mantenerte de pie. Pero la verdad es que no tienes que cargar con todo tú solo.

Dios no te observa desde la distancia; él está ahí, justo a tu lado. Imagina un lugar donde te sientas completamente seguro, sin preocupaciones ni miedos: así es como debes sentirte cuando estás con Dios. Él es tu lugar seguro cuando la vida parece fuera de control, y tu fuerza cuando ya no puedes más.

Piensa en Dios como la mejor ancla en las tormentas de la vida. Cuando llegan los problemas, él no se aleja; se queda a tu lado. Así que, la próxima vez que la vida se vuelva abrumadora, detente un momento y recuerda de dónde viene tu ayuda. Tienes un lugar seguro que siempre está listo para ti.

Hoy, dedica un tiempo para orar y agradécele a Dios por ser tu refugio seguro.