EsencialesMuestra

¿Has practicado alguna vez un deporte o hecho ejercicio tan intenso que terminas agotado al concluir el partido o el entrenamiento? A veces, la vida puede sentirse así: te quedas sin fuerzas y, por más que lo intentes, no logras recuperar el aliento. La vida puede ser agotadora, pero la buena noticia es que la fuerza de Dios nunca se agota.

Cuando confías en él, recibes lo que necesitas para seguir adelante. No se trata de hacerlo todo por tu cuenta, sino de apoyarte en Dios para renovar tu energía y tu propósito. Imagínate un águila sobrevolando el caos: estable, fuerte, imparable. Así sucede cuando confías en Dios: él te levanta, te sostiene y te impulsa a avanzar.

¿Te sientes agotado? Hoy, confía en Dios y pídele que te dé descanso y todo lo que necesitas para continuar.