Permiso ConcedidoMuestra

¿Alguna vez has sentido que te han dado demasiada libertad? Tal vez un día en que no había adultos en casa y tomaste algunas decisiones no muy sabias.

La libertad es algo bueno. Pero sabemos que, a veces, tener libertad ilimitada no nos ayuda ni a nosotros ni a los demás. La libertad que Jesús nos da no significa que podamos hacer lo que queramos, sino que existe una manera de ser libres de las cosas que nos controlan, como los malos hábitos, el miedo o el pecado.

Hoy, piensa en cómo el pecado o el miedo afectan tu libertad. Tal vez sea un pensamiento negativo constante que tienes sobre ti mismo o un comportamiento que sabes que deberías dejar. ¿Cuál sería un buen siguiente paso para encontrar libertad? Podría ser hablar con tu líder de grupo pequeño, establecer límites o asumir la responsabilidad que esa libertad conlleva.