Permiso ConcedidoMuestra

Anteriormente en este capítulo, Pablo nos dice que: «Cristo nos libertó para que vivamos en libertad» (Gálatas 5:1, NVI). Lo que decidimos hacer con esa libertad es lo que él sigue explicándonos aquí. El mundo nos enseña a usar nuestro poder, posición y privilegio simplemente para impulsarnos a nosotros mismos. Pero Jesús vivió de manera diferente. Vemos cómo él dejó su gloria para venir a la tierra. Nos mostró que no vino a ocupar un trono, sino a tomar una toalla y lavar los pies de los demás. En lugar de impulsarse a sí mismo, siempre sirvió a los demás. Jesús entregó su vida tanto por quienes lo amaban como por quienes no lo hacían. Ahora, porque él nos amó primero, podemos mostrar su amor a los demás usando cualquier autoridad y oportunidad que tengamos para dar vida a otros, tal como él lo hizo por nosotros.

¿A quién puedes servir hoy que nunca lo pediría?