Ester - Para Este Tiempo Has LlegadoMuestra

Honrar solo a Dios

Lectura: Ester 3:1-4; Salmos 95:6

EOAO: Salmos 95:6

“Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante del Señor, nuestro hacedor".

En el texto

Hay algo tan hermoso en inclinarse en la adoración. Es una expresión física de humildad, entrega y reverencia ante el Señor. En el Salmo 95, David nos invita a arrodillarnos ante nuestro Creador, Aquel que nos creó y es digno de toda nuestra adoración. Cuando comprendemos realmente quién es Dios, nuestra respuesta natural debería ser adorarle de todo corazón.

Mardoqueo lo entendió bien. Aunque se le ordenó inclinarse ante Amán, se negó. Su devoción estaba reservada para Aquel que realmente merecía su adoración: sólo Dios. En nuestras propias vidas, puede que no se nos pida que nos arrodillemos físicamente ante nadie, pero a menudo nos enfrentamos a la tentación de «inclinarnos» ante otras cosas y de otras maneras. Puede ser la búsqueda del éxito, la aprobación de los demás, o incluso las comodidades y distracciones de la vida cotidiana. Sin darnos cuenta, dedicamos nuestra atención, tiempo y energía a cosas que poco a poco van ocupando el lugar de Dios en nuestro corazón.

Una manera de examinar nuestro corazón es considerar dónde invertimos nuestro tiempo y nuestros recursos. ¿Hay cosas que nos alejan de Dios, convirtiéndose sutilmente en ídolos en nuestras vidas? La adoración es más que una rutina de domingo por la mañana: es una postura diaria de nuestro corazón. Como Mardoqueo, estamos llamados a reservar ese lugar de honor sólo para Dios.

Tómate un tiempo hoy para hacer una pausa y reflexionar. ¿Hay algo que hayas colocado en el trono de tu corazón que no pertenezca allí? Dios es tan misericordioso: nos llama amorosamente a Él y siempre está ahí para ocupar el lugar que le corresponde en nuestras vidas.

Oración

Querido Jesús, ¡sé el amor de mi vida! Como David y Mardoqueo, ayúdame a adorarte sólo a ti. Revélame cualquier cosa en mi corazón que esté ocupando tu lugar, y dame la fuerza para renunciar a ello. Que mi vida refleje un corazón totalmente dedicado a ti. Amén.