Una Entrega Por AmorMuestra

Él mismo
Hablar de Jesús, del Hijo de Dios que se entregó por amor, nos lleva a la reflexión y a considerar los hechos de esa entrega. Al ir a la Palabra me he sorprendido al leer algo que he sabido, que he creído y que he repetido por años. Leí el versículo de Juan 3:16, sí ese que toda la iglesia conoce y muy probablemente también el mundo. “Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo Unigénito para que todo aquel que en Él cree no se pierda mas tenga vida eterna".
Lo que me ocurrió fue que tuve la conciencia inmediata de quien dijo esas palabras. Lo sabía desde hace tiempo, claro que lo sabía. Pero esa verdad me ha sorprendido, y ha saltado a mi vista como algo nuevo. Si vamos a ese pasaje bíblico nos daremos cuenta que Jesús estaba dialogando con Nicodemo y le estaba enseñando verdades celestiales que sólo pueden entenderse de modo espiritual.
Al leer nuevamente el pasaje, me percato que esas palabras que han encerrado el amor, la generosidad y la gracia de Dios hacia el mundo pecador, fueron dichas por Jesús. Las pronuncia como si estuviera desde afuera, como si hablase de algún otro. Esto es lo que me asombra, que ese Hijo Unigénito dado por Dios para salvación de todo aquel que cree, no es otro sino Él mismo. Si lo decimos como debiera interpretarse la leería así: “De tal manera ha amado mi Padre a este mundo que me ha dado a mí mismo.” Él me ha dado, significa que la cruz es inminente y real, y desde ella, sólo desde la cruz se descubre, se manifiesta ese infinito amor de Dios por el mundo.
No es su nacimiento virginal, ni sus primeros días en el pesebre, no es su predicación y su enseñanza, ni su poder ni sus milagros. Es la cruz, esa cruz que lo mira desafiante esperando que Él diga en algún momento, “Consumado es". Es Jesús, quien pone frente al mundo la verdad de su sacrificio, como la más grande muestra del amor del Padre, quien le dio a su único, a su Unigénito al mundo.
De la manera como Jesús lo expresó pareciera que hablara de otro, pero no es así, habla de sí mismo y de su Padre. Al decirlo, no queda fuera del amor revelado, al contrario, queda dentro, queda inmerso en la más grande prueba del amor del Padre al mundo perdido.
Entonces entiendo, es su amor, el amor del que fue encarnado, del que sufre, del que se entrega. “Porque de tal manera”, son palabras en las que están sumergidos el Padre y también el Hijo. Ese Hijo Unigénito que ha sido dado, y quien pasa de ser quien revela esa verdad única y trascendente, a ser el Cordero que es sacrificado en la cruz y que quita el pecado del mundo.
Jesús el Maestro nos ha enseñado acerca de Jesús el Cordero.
Escrituras
Acerca de este Plan

Cuando hablamos del amor de Dios y de la entrega de su Hijo Jesucristo para traer salvación, nos encontramos que no hay suficientes palabras que puedan describir la grandeza de ese amor. En este plan de cinco días iremos a la Palabra para que ella nos dé un vislumbre de la grandeza de un amor tan grande e inmerecido que está disponible para todo aquel que lo recibe.
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Nos gustaría agradecer a Grettchen Figueroa por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: facebook.com/GrettchenStage
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