La oración de AnaMuestra

El corazón de Ana era sincero
Un corazón que se deleita en El Señor es sincero. Ana era reconocida por su esterilidad, pero era conocida por El Señor por su fe, por buscarlo.
El Salmos 37:4 te anima a que: ¨Disfrutes de la presencia del Señor, y él te dará lo que de corazón le pidas¨.
Ana fue hasta el lugar de la presencia de Dios, ella le pidió a Dios de todo corazón un hijo.
No se quedo en el lugar de su agonía.
Ana deseaba hacerle una ofrenda de amor al Señor, al recibir ese regalo.
Buscaba honrarlo.
Ana estaba comprometida con Dios, y confiaba en su poder para hacer milagros.
La fe sobrepasa los diagnósticos, para Dios nada es imposible.
Ana no buscaba la admiración de su esposo, ella buscaba el favor de Dios.
La intención de nuestro corazón debe ser sincera, y podemos aprender de Ana a buscar en primer lugar el favor de Dios.
Acerca de este Plan

El corazón de Ana nos lleva a encontrarnos con un corazón humilde, con hambre del poder de Dios. A través de una vida rendida a sus pies, y en un clamor que mueve la mano de Dios. En este devocionales profundizaremos la esencia de un corazón que en su aflicción clamó al Señor.
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Nos gustaría agradecer a Maternidad con propósito por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.instagram.com/matherypy?igsh=dG9scHFwbHBzbnUx&utm_source=qr