La oración de AnaMuestra

Dios escucha tu clamor
Ana no podía ocultar el dolor de su alma; aún cuando ella era realmente amada por su esposo Elcaná. Eso no era ni siquiera un consuelo para su corazón dolido.
Lo único que podía aliviar su dolor era: que Dios escuchase su clamor.
La tradición de esta familia era ir hasta el templo anualmente, y Ana estaba decidida a ir hasta allá a derramar su corazón.
Al igual que nosotras, Ana temía que Dios se haya olvidado de ella; el clamor es rogar, Ana recurrió al clamor. El clamor es decir no puedo más, me entrego completamente a ti Señor.
¿Cuántas veces nos hemos desviado de ir al Señor a derramar nuestro corazón en medio del dolor?
Buscando anestesiar nuestro presente, nuestro dolor. Simplemente empezamos a evadir hablar sobre eso, decidimos vivir con ese dolor; el mundo ofrece anestesias pero no durarán para siempre, al final al despertar de ella te estarás sintiendo peor que al principio.
Lleva hoy todo lo que te aflige, todo lo que cargas al Señor. Busca derramar tu dolor a sus pies, Él escucha tu clamor.
Sus oídos están siempre atentos a su clamor.
Acerca de este Plan

El corazón de Ana nos lleva a encontrarnos con un corazón humilde, con hambre del poder de Dios. A través de una vida rendida a sus pies, y en un clamor que mueve la mano de Dios. En este devocionales profundizaremos la esencia de un corazón que en su aflicción clamó al Señor.
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Nos gustaría agradecer a Maternidad con propósito por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.instagram.com/matherypy?igsh=dG9scHFwbHBzbnUx&utm_source=qr